Virtudes del médico y del paciente

publicado
DURACIÓN LECTURA: 2min.

Las virtudes en la práctica médica es una obra que responde muy directamente a la situación de la medicina en nuestra época con un planteamiento de inspiración clásica. Los autores, Edmund D. Pellegrino (médico) y David C. Thomasma (filósofo), eran dos humanistas que sabían buscar luz tanto en la tradición como en lo nuevo.

Cuando escribieron este tratado (1993), en la deontología la ética de la virtud había sido reemplazada por una ética de principios y deberes, o se inclinaba al utilitarismo. El centro de la atención pasó del agente al acto, y la rectitud moral se cifró en la aplicación de procedimientos o en el cálculo de consecuencias.

Pellegrino y Thomasma no niegan los méritos del principialismo, pero sostienen que no basta con los principios. La proliferación de códigos deontológicos no ha evitado tantos casos lamentables de despersonalización y mercantilización de la práctica clínica y de la investigación. Es necesario también que el médico tenga las disposiciones interiores –virtudes– que le faciliten cumplir el fin de la medicina, que es el bien del paciente: sanarle si se puede, y siempre cuidarle. En la filosofía clásica (Aristóteles, Tomás de Aquino), con aportaciones de Alasdair MacIntyre, encuentran los autores el medio de desarrollar una ética de las virtudes del médico. Son las cuatro cardinales, desde luego, pero precedidas de la fidelidad a la confianza y la compasión, y seguidas de la integridad y el desprendimiento del interés propio.

Esta ética de las virtudes alcanza también al enfermo. Los autores dan mucha importancia al moderno principio de autonomía del paciente, que ha dejado atrás el antiguo paternalismo de tintes autoritarios y reconoce su dignidad al enfermo, al exigir contar con su consentimiento. En correspondencia, el paciente está obligado a proporcionar los datos que el médico necesita saber; a expresar sus conflictos o dudas sobre los consejos recibidos; a cumplir las prescripciones; a respetar las convicciones y la autonomía del médico. Por eso, la sinceridad, la justicia, la benevolencia, la humildad, la fortaleza son virtudes del buen paciente.

El libro tiene la doble claridad del pensamiento y del lenguaje, que lo hace apto para muchos más lectores que los médicos o los interesados en bioética.

 



Las virtudes en la práctica médica

The Virtues in Medical Practice
Edmund D. Pellegrino y David C. Thomasma
Editorial UFV. Madrid (2019). 322 págs. 20 € (papel) / 9 € (digital).
Introducción y traducción: Manuel de Santiago.

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