En muchos países, la educación de gestión privada se divide en dos bloques: por un lado, los centros financiados por el Estado, que no pueden cobrar cuotas obligatorias a las familias (por ejemplo, los concertados en España); por otro, los propiamente privados, que tienen completa autonomía financiera: ni dependencia de las arcas públicas ni prohibición de cuotas. Sin embargo, en Australia todos los colegios de titularidad privada reciben una importante subvención pública al tiempo que cobran tasas, bastante altas en muchos casos.
El gobierno australiano ha aprobado recientemente una modificación de los criterios por los que asigna las subvenciones a los colegios privados, con la intención de que el dinero se reparta de manera más justa: es…
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