Autor de Pompa y circunstancia y Comimos y bebimos, Ignacio Peyró (Madrid, 1980) ha ejercido también el periodismo en diarios de ámbito nacional y dirigido revistas culturales. En la actualidad es director del Instituto Cervantes en Londres.
Este volumen de diarios reúne las notas que escribió entre 2006 y 2011, cuando tras terminar la carrera de Filología Románica, decidió dedicarse al periodismo. Empezó a trabajar en El Confidencial Digital y luego fichó como redactor-jefe de cultura de La Gaceta de los Negocios. A la vez, hizo sus primeras traducciones para la editorial Libros del Asteroide y colaboró con el departamento de prensa del Partido Popular.
Así resume el autor su libro: “Notas en los márgenes de la vida, personajes, pasiones, lecturas, pretensiones, pájaros de juventud, alguna estampa política, alguna reflexión sociológica, algún comentario literario”. El contenido es, pues, muy variado, como en otros diarios contemporáneos que el autor ha frecuentado de manera asidua: Valentí Puig, José Carlos Llop, Andrés Trapiello, José Luis García Martín…
Su vinculación con el periodismo es el principal hilo conductor, en los que hay otras muchas cosas, quizás más interesantes que sus peripecias profesionales en un momento en el que el ambiente político estaba tan caldeado que propició un periodismo de combate que Peyró define como “tiempos de fuerte –y en ocasiones muy incómoda– guerra política”. Peyró presenta una imagen sarcástica y ácida del mundo del periodismo, de manera especial de La Gaceta de los Negocios, donde se desarrolla mayormente su actividad periodística.
Otras entradas, más personales, hablan de sus amigos y familiares, sus estancias en el campo extremeño, sus viajes a Portugal y Londres. También algunos excelentes retratos, como el de su abuelo. También hay hueco para muchos recuerdos, lecturas y aficiones, entre las que destaca (como ya se vio en su libro Comimos y bebimos) su pasión de gourmet por restaurantes y locales de ocio, etc. Peyró es un experto de la literatura gastronómica, con descripciones siempre concretas y detallistas.
Estamos ante unos diarios de una excelente calidad, en los que en ocasiones el autor realiza duros ajustes de cuentas, con observaciones irónicas y críticas contra algunas instituciones. Curiosamente, es en estos pasajes cuando el autor muestra una sinceridad desgarrada que luego desaparece a la hora de describir otros momentos de su vida, donde se ve que Peyró, aunque sigue empleando observaciones vitriólicas, selecciona y mide mucho más los comentarios y los sarcasmos.
Lo determinante de estos diarios es el yo del autor, su evolución, sus peripecias vitales, su mundo interior, sus inquietudes profesionales, políticas, culturales, estéticas. Peyró demuestra un sobresaliente conocimiento de las corrientes culturales, tanto las de temporada como otras más permanentes.