La afición a los libros se crea en la infancia, pero se puede perder en la adolescencia. Ahora que el ocio digital compite con tanta fuerza contra ella, se multiplican sin embargo las apologías de la lectura y las iniciativas para fomentarla en los jóvenes.
— Millie… —susurró Montag.
— ¿Qué?
— No me proponía asustarte. Lo que quiero saber es…
— Di.
— Cuándo nos encontramos. Y dónde.
— ¿Cuándo nos encontramos para qué? —preguntó ella.
— Quiero decir… por primera vez.
— ¿Dónde y cuándo nos conocimos?
La mujer calló.
— No lo sé —reconoció al fin.
Montag sintió frío.
Este breve diálogo que mantiene el protagonista de la novela de Ray Bradbury Farenheit 451 con su mujer representa el estado de la relación entre muchos jóvenes y la literatura.
Ha…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.