En el último año se han puesto en marcha en distintos estados norteamericanos más iniciativas para facilitar a las familias que elijan escuela. Algunas son totalmente nuevas; otras amplían programas que ya estaban en funcionamiento.
Además del clásico cheque escolar, que no está muy extendido y suele limitarse a determinadas zonas y familias, y de las charter schools, que son escuelas públicas de gestión privada, desde la segunda década del siglo se han adoptado otras fórmulas.
La que más ha prosperado es la llamada cuenta de ahorro educativo (education savings account, o ESA). Como el cheque, pone en manos de los padres el dinero –generalmente no todo– que el estado gasta en una plaza escolar en la red pública. Pero en vez de destinarlo a …
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