Esta película comienza por el final. Hace poco más de un año, su director hacía una llamada por Zoom a los actores que habían protagonizado este peculiar experimento, entre la ficción y el documental, sobre la vida cotidiana de los adolescentes actuales. Terminaban así más de tres años de rodaje, y los improvisados intérpretes querían saber cuánto iba a durar finalmente la película. Jonás Trueba les confirma que serán casi cuatro horas, lo que provoca una carcajada y el asombro general, pero el director les confirma que no les miente, y que confía en que sus historias conecten con el espectador.
La confianza en los adolescentes, su espontaneidad y sentido del humor son las premisas de este proyecto que ahora se estrena en salas de cine, des…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.
Un comentario
Un documental muy aplaudido en San Sebastián