Hacía tiempo que no recibíamos una adaptación de una película, y tiene sentido: lleva tiempo desarrollar un videojuego, muchas veces bastante más que la película. En el caso de Way Down desconocemos si han tenido tiempo suficente para hacerlo, pero viendo los resultados nos tememos que no haya sido así. En todo caso es otra valiente apuesta, desarrollada por el estudio español FAS3 y apoyada por PlayStation Talents, Gammera Nest y Mediaset Games.
La propuesta es exactamente la misma que la película: atracar el Banco de España durante el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Quienes no hayan visto la película y jueguen al título recibirán una buena cantidad de “destripes” (spoilers, en inglés), así que conviene haber pasado antes por la gran pantalla.
En este caso no tenemos disparos ni plataformas ni evolución de personajes; todo se basa en aventuras conversacionales en las que debemos elegir la respuesta correcta para no fracasar (muchas veces parece que la encontramos por puro azar) y minijuegos de habilidad y precisión, unos mucho más inspirados que otros. Para el público no exigente, que es claramente al que va dirigido todo, será entretenido, pero para los que busquen un buen desafío se quedará corto. Los diálogos son muy básicos y hay algunos minijuegos mal diseñados y ejecutados, lo que muchas veces lleva al cansancio por tener que repetirlos una y otra vez.
En el apartado técnico tenemos luces y sombras, porque es verdad que llega totalmente en castellano y con voces destacadas como la de Claudio Serrano (actor de doblaje habitual de Christian Bale), pero también que se han colado faltas de ortografía en los subtítulos. Visualmente lo mejor son los escenarios, bien recreados, pero tanto los personajes como sus animaciones son propios de la generación de la PlayStation 2, aunque es de recibo reconocer que los parecidos con sus homólogos de la película son correctos. Se notan palmo a palmo las buenas intenciones, pero también el reducido presupuesto y el poco tiempo de desarrollo.
Por todo ello, y dada su reducida duración (unas tres horas) se recomienda solo a fans de la película y a los que busquen una experiencia distinta de la que proporciona el cine.