La CIA, el MI6 y otras agencias intentan recuperar un arma secreta: un disco duro con electrónica de vanguardia, que sería letal en manos enemigas. Las agentes enviadas sobre el terreno chocan entre sí hasta que deciden unir fuerzas para enfrentarse a un enemigo común, al tiempo que sus respectivos jefes comienzan a desconfiar de ellas.
El producto, como Ocean’s 8, es aceptable si el público está a favor: tiene acción, tiene ritmo, la trama –un perfecto Mcguffin– se sigue bien. Pero es simplemente correcto y algo decepcionante. Todo es inverosímil e irreal y, para colmo de males, se toma en serio. Un plantel de buenas actrices sirve de enganche, pero solo destacan Diane Kruger y Lupita Nyong’o. Las demás están simplemente aceptables.
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