Primer largometraje de la directora y guionista belga Laura Wandel. Toca un tema de mucha actualidad, el acoso escolar o bullying, pero a diferencia de películas como Bullying (2009) o Cyberbully (2011), en esta la protagonista es Nora (Maya Vanderbeque), una niña pequeña que es testigo del bullying que sufre su hermano Abel. Laura Wandel da prioridad absoluta al punto de vista inocente e infantil de Nora, sin el filtro de consideraciones adultas y documentadas, lo cual convierte una película de temática social casi en una película de terror.
La película tiene una enorme personalidad visual, y la cámara apenas se separa de Nora. El resultado es deliberadamente incómodo, claustrofóbico y sumamente inquietante, lo cual es un indudable mérito de la directora, pero estrecha el espectro de potenciales espectadores. Más allá de señalar la crueldad inaceptable del bullying, la película es incisiva a la hora de denunciar a unos adultos que no están a la altura y a un sistema que mira hacia otro lado. Solo hay una maestra que se implica más que los demás. Un film tan interesante como duro.