Javier Riera (Avilés, 1964; vive y trabaja en Madrid) cuenta con una amplia trayectoria artística internacional, que comenzó en la pintura y fue transformándose en proyecciones lumínicas geométricas sobre elementos naturales. Riera muestra un interés temprano en la geometría del paisaje y la naturaleza, y con su obra no ha dejado de evolucionar técnicamente en torno a estos dos conceptos. Por esta razón se le ubica cercano al movimiento del Land Art.
Es un artista visual con formación en Bellas Artes que trabaja interviniendo el paisaje con luz y geometría. Su obra ha sido presentada en museos de arte contemporáneo tan relevantes como el Museo Nacional Centro de Arte Reina SofíA, el Centro Niemeyer, el MUSA de León, el CAB de Burgos o el Centro Galego de Arte Contemporáneo (Santiago de Compostela).
Tiene una sólida trayectoria como artista especializado en intervenciones lumínicas sobre el paisaje en espacios públicos, generalmente parques y jardines, aunque también sobre arquitecturas. Ha llevado a cabo intervenciones en ciudades como Durham (2023), París (2023), Parma (2022), Shenzhen (2022), Madrid (2021), Aarhus (2021), Miami (2020) o Praga (2016).
Este año, la obra de Javier Riera llegan por primera vez a México. Dos curadoras, Ana Serratosa y yo misma, seleccionaron instalaciones para cuatro localizaciones de prestigio en México: la Hacienda Zotoluca, en Apan (Hidalgo), por su singular arquitectura; el Museo Nacional de Historia-Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México, por su simbolismo histórico sobre el Caballero Alto o torre-vigía; la Hacienda San Francisco en Tapalpa (Jalisco), rodeada de un lago y su especial paisaje, y la Casona María en el Parque de las Américas en Mérida (Yucatán), por la exuberancia de sus grandes árboles de mango.
Riera usa juegos de luces, formas de generación lineal, registros cromáticos, espacialidad y movimiento visual, creados a partir de entidades matemáticas, como la sucesión de Fibonacci, la proporción áurea o los fractales. Con todo ello, el artista propone un discurso contemplativo y relacional sobre la naturaleza a través de un sutil viaje visual.
La investigación sobre la geometría presente en la naturaleza, así como el diálogo y la experimentación con luz proyectada sobre espacios verdes y masas vegetales tridimensionales, y sobre edificios singulares, hace de la obra de Javier Riera una propuesta sugestiva, a la vez que reflexiva, sobre el respeto a la naturaleza.
En la difusión de la obra de Javier Riera ha tenido un papel destacado la galería Ana Serratosa, que abrió sus puertas en Valencia en el año 2000. Desde entonces ha realizado una selección de artistas contemporáneos, tanto nacionales como internacionales, con el fin de presentarlos y acercarlos al público por medio de exposiciones acompañadas de debates entre comisarios, historiadores, docentes e investigadores. Además de Riera, esta galería ha dado a conocer a artistas como Ghada Amer (El Cairo, 1963, José Albelda (Valencia, 1963), Venske y Spänle (Berlín, 1971, y Múnich, 1969), Roberto Pugliese (Nápoles, 1982), entre otros muchos. Se ha especializado en presentar proyectos al aire libre interactuando en la ciudad, tanto en jardines como en edificios históricos.
“Hace ya un año que vimos México un país interesante para llevar a nuestros artistas – afirma Ana Serratosa–, por ser un país con cultura, creativo y con interés por el arte contemporáneo. Así que las instalaciones de luz de Javier Riera, que ya se han presentado en distintas ciudades de Europa y Asia, era una buena opción para empezar nuestro contacto con este país maravilloso que nos ha enamorado”.
Por mi parte, considero que la obra lumínica de Javier Riera constituye una apuesta única que se separa totalmente del mapping sin más: una propuesta artística que responde a su discurso elaborado de trabajo que pretende devolver la geometría que descubre en la naturaleza en forma de dibujo de luz, siguiendo la estela de los artistas barrocos, así como dialogar con las estructuras arquitectónicas materiales, a través de las proyecciones geométricas. Es una obra para ser disfrutada en lugares públicos y para gozarla en tu propia casa.