La primera vuelta electoral de este domingo 2 de octubre confirmó la polarización entre Lula (Partido de los Trabajadores, PT) y Jair Bolsonaro (Partido Liberal, PL). No solo a nivel nacional, en la disputa por la presidencia de la República [1], sino también en la competición por otros cargos, especialmente en el poder legislativo. La tercera vía se ha derretido aún más de lo que predecían las encuestas, demostrando que no hay espacio para nada entre los dos extremos políticos. Es hora, pues, de hacer en la segunda vuelta algo que hasta ahora ha quedado en la sombra durante la campaña: exigir a los candidatos que discutan propuestas para el país.
Lo que vimos en la campaña de la primera vuelta fue una anticipación de la segunda vuelta, con…
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