Carlos Boyero, actual crítico de cine de El País –y antes de El Mundo y la Guía del Ocio–, es una figura que no deja indiferente. Como él mismo relata en el documental, no es una impostura, sino que su rebeldía, independencia y honestidad forman parte de su carácter, forjado en una biografía que el documental trata de componer. Es un documental sincero, que no esconde las sombras de su vida, ya sean las adicciones, la soledad o la pérdida de algunas amistades; pero que también resalta su perspicacia o la influencia de sus críticas para el éxito comercial de una película. Todo esto se construye gracias a la intervención de amigos, cineastas o compañeros que aportan testimonios no siempre favorables o aduladores. La cinta no rehúye ninguna de las polémicas de su entorno, incluida por supuesto sus batallas mediáticas con Pedro Almodóvar y su cine.
Además, los directores y guionistas, Juan Zavala y Javier Morales Pérez, aprovechan para reflexionar sobre el cine y la crítica literaria. Boyero encarna el papel del antiguo crítico, que ya ha cambiado definitivamente por la influencia de las nuevas tecnologías, la precariedad y el menguante hábito de lectura de los jóvenes. Ya no se lee a Boyero, porque ya no se lee. Sin embargo, para los amantes del cine –y hablo a título personal–, Boyero ha supuesto siempre un ejemplo de agudeza, de sensibilidad y de conocimiento de la literatura y del séptimo arte capaz de hacerte descubrir joyas o de captar su auténtico valor. Con sus luces y con sus sombras.