Otra novela del prolífico Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) que vuelve a tener como telón de fondo un conflicto militar. En este caso, Revolución se ambienta en 1911, cuando Pancho Villa y Emiliano Zapata inician una revuelta en México que tiene como objetivo echar del gobierno a Porfirio Díaz.
Ese es el contexto en el que se mueve el protagonista, el joven ingeniero español Martín Garret Ortiz, que se ha trasladado a México para trabajar en una explotación minera. Sin embargo, nada más llegar, se encuentra con que la mina ha cerrado temporalmente por el peligroso y enrarecido ambiente social.
“La novedad pudo más que la prudencia”, escribe Pérez-Reverte para explicar las causas de la implicación de Martín Garret en la revolución. En vez de quedarse en su hotel cuando oyó que unos guerrilleros entraban en Ciudad Juárez con la pretensión de robar un banco, se acercó al lugar de los hechos y le reclamaron su colaboración para realizar una voladura controlada del local y hacerse con el dinero y el oro. A partir de ese momento, Martín acepta otros encargos y decide unirse por una temporada a la causa revolucionaria.
El argumento describe las acciones de una parte del ejército de Pancho Villa, la comandada por Genovevo Garza, quien se hace íntimo amigo de Garret. La novela muestra las dudas del protagonista sobre qué hacer y dónde posicionarse, la espinosa relación con los jefes de la empresa minera después de sus acciones guerrilleras en Ciudad Juárez y su enamoramiento de Yunuen Laredo, la hija de un empresario español.
Este momento social y político complejo es el escenario en el que se mueve el protagonista, que se adhiere a la causa revolucionaria como por casualidad, dejándose llevar por el devenir de los acontecimientos. Garret se siente a gusto entre esa gente sencilla y valiente que, como Garza y Pancho Villa, han decidido tomar las armas para acabar con las injusticias.
Garret se suma así a la larga lista de protagonistas de las novelas de Pérez-Reverte que poseen rasgos psicológicos muy parecidos. Como en tantos otros, no hay grandes ideas, ni grandes planteamientos existenciales detrás de sus acciones. Solo obedece a unos motivos esenciales y primarios: la atracción por la justicia social, la honestidad de sus compañeros de armas, la ingenua rectitud de sus ideas.
Magnífica ambientación, sobresaliente trabajo estilístico y lingüístico para reproducir el habla popular de los mexicanos de aquellos años, descripciones muy vivas y coloristas del devenir de la guerra y sus protagonistas… Como en otras novelas, las reacciones y sentimientos del descreído y escéptico Garret son casi siempre previsibles. En el desarrollo y en la estructura del relato, Pérez-Reverte emplea las técnicas de la novela popular y hasta en algunos pasajes, los menos logrados, las de la literatura de folletín. Revolución entretiene, es amena y cuenta con pasajes muy emocionantes.