Cuando un estreno lo firma Sam Mendes, director de la obra maestra Camino a la perdición o de films notables como 1917 o Skyfall, la expectativa se dispara, esperando siempre un tono, una dirección de actores y una profundidad poco habituales. Sin embargo, El imperio de la luz no cumple esa premisa y se convierte en el peor trabajo del director hasta la fecha. A pesar de la maravillosa fotografía del siempre genial Roger Deakins, de la actuación de Olivia Colman y de una banda sonora primorosa, todo falla.
El guion, que promete ser un canto al poder trascendente del cine, queda desdibujado en una trama lenta, con unos personajes sin alma y con un abanico de temas (el amor, el séptimo arte, el racismo, los problemas sociales) que no llegan a…
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