Los Dutton son una familia que emprende el largo viaje al Oeste a través de las Grandes Llanuras en busca de un lugar donde asentar una nueva colonización. En ese viaje no sólo ponen en juego sus vidas, sino también el fin definitivo de una era marcada por el racismo y la pobreza.
En el año 2018, el actor y guionista Taylor Sheridan gozaba de un prestigio merecido como escritor de los libretos de películas como Sicario (2015), Comanchería (2016) o Wind River (2017). Algunas de las claves de su éxito eran los sugerentes diálogos de personajes marcados por el entorno, y la acertada combinación de elementos dramáticos del western y el thriller. Con esta fórmula creó la serie Yellowstone, que acaba de llegar a su quinta temporada (2018-2023) con un Kevin Costner estelar. El triunfo de este western de trama contemporánea en Estados Unidos ha llevado a su creador a construir dos precuelas sobre esta historia: 1883 y 1923, que conforman una trilogía que se ha estrenado a la vez en España en la plataforma recién llegada SkyShowtime.
El protagonista de 1883 es el casi octogenario Sam Elliot, un secundario habitual con más de 120 papeles en una filmografía con demasiada serie B. A pesar de tener en su dilatada carrera apariciones extraordinarias en series como Justified, o películas como la reciente Ha nacido una estrella (papel por el que recibió una nominación para el Oscar al mejor actor secundario), el personaje que ha asumido en 1883 es el que le ha permitido desarrollar su talento y personalidad. El desarrollo dramático del longevo Shea Brennan marca el ritmo de la serie de tal manera que la historia adquiere una épica y una sutileza superiores con sus apariciones y diálogos.
Taylor Sheridan ha absorbido muchas horas de western de todas las épocas, desde John Ford, Howard Hawks o Anthony Mann a Lawrence Kasdan o Clint Eastwood, y sus personajes reinterpretan ese legado con algunas aportaciones contemporáneas muy valiosas. En este tipo de renovaciones se han perdido muchos directores y guionistas al intentar anacronismos imposibles, pero 1883 se hace fuerte en una trama en la que hay conflictos raciales y generacionales, así como una lectura del feminismo que se inserta a la perfección en una historia de mimbres eminentemente clásicos. La joven primeriza Isabel May elabora un personaje fabuloso, con un carisma y una complejidad que conforman un puente perfecto entre la generación de sus padres y las generaciones posteriores que llegarán a las crisis mundiales del siglo XX.
Si la serie destaca en el guion y la interpretación, la fotografía de Ben Richardson (Mare of Easttown) es más que notable, e incluso la música de Brian Tyler (un compositor que no suele destacar por su excelencia precisamente en títulos demasiado comerciales), está insertada con talento en cada tempo de la trama.