El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, se dirige al Parlamento, mayo de 2022 (CC Asamblea Nacional del Ecuador)
Quito.— El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, firmó el miércoles la denominada “muerte cruzada”, una figura legal que le permite disolver la Asamblea Nacional y gobernar por decretos leyes de urgencia económica por un período máximo de seis meses, mientras se realizan elecciones para presidente y legisladores. El anuncio se dio un día después de iniciado el juicio político en contra del mandatario por su presunta participación en delitos de peculado.
Esta es la primera vez que se aplica en Ecuador esta figura de “muerte cruzada”, recogida en la Constitución de 2008. El presidente justificó su decisión acusando a los opositores de desestabilizar la democracia ecuatoriana. “Ecuatorianas y ecuatorianos: esta es la mejor decisión para darle una salida constitucional a la crisis política y la conmoción interna que soporta el Ecuador y devolver al pueblo ecuatoriano el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones”. Básicamente, Lasso renuncia, pero en su caída se lleva consigo a la Asamblea, que ha sido una de las piedras en su zapato.
Falta de gobernabilidad y un juicio inconcluso
La relación entre el mandatario y la Asamblea, de mayoría opositora, ha sido tensa desde el inicio, pero ha ido empeorando. Lasso ha enfrentado dificultades para obtener apoyo legislativo para sus propuestas y ha acusado al Legislativo de interferir con su plan de trabajo. También se ha enfrentado a intentos previos de destitución y a acusaciones a los miembros de su gabinete.
En esta última ocasión, a Lasso se le acusaba de malversación, por no haber dado por terminado un contrato entre la Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) y el consorcio Amazonas Tankers para el transporte de derivados de petróleo. El supuesto delito llevó al mandatario a defenderse ante la Cámara el martes al mediodía. Eran necesarios 92 votos para su destitución y las predicciones sobre el desenlace del juicio no eran claras.
El Ejecutivo y su bancada aseguraban que las pruebas para el juicio no eran suficientes y los expertos apuntaban que, muy seguramente, Lasso podría salir victorioso del intento de censura, aunque con un mínimo margen. Aun así, ante la incertidumbre, el pueblo ecuatoriano veía venir el anuncio de la disolución de la Asamblea y la llamada a nuevas elecciones. Cuando llegó a su comparecencia, por ejemplo, los seguidores del presidente le instaban a la “muerte cruzada” desde las afueras del edificio.
La primera jornada del juicio se llevó de la forma habitual que se puede esperar con la Cámara actual, entre acusaciones, insultos, gritos y peticiones de respeto. Los asambleístas aprovecharon para no solo hablar del tema que concernía –el juicio–, sino para criticarse unos a otros y arremeter contra el Gobierno en temas de seguridad, desempleo, salud, etc. La jornada no terminó con ningún tipo de resolución, y para cuando se suspendió el debate –hacia las 22h00–, todavía quedaban asambleístas por intervenir y la esperada votación. Se definió reiniciar la sesión el miércoles 17 de mayo. Lasso se adelantó: para la mañana siguiente, la Asamblea quedaba disuelta y el edificio, cercado por las fuerzas del orden.
De momento, tranquilidad aparente
Por supuesto, las reacciones al anuncio de “muerte cruzada” no se han hecho esperar. Figuras como Jaime Nebot, líder del Partido Social Cristiano (PSC), manifestaron su rechazo a la medida, que sería inconstitucional, según ellos. El político la calificó de “disfraz de dictadura”. Parlamentarios socialcristianos han interpuesto una demanda de inconstitucionalidad al decreto, pero los expertos apuntan que, en este punto, no es realmente posible que este quede sin efecto.
El propio expresidente Rafael Correa, prófugo desde Bélgica, apuntó que la medida es ilegal, pero una gran oportunidad.
En medio de las turbulencias políticas, el ejército y las fuerzas policiales han declarado su estricta sujeción al poder civil y a la Constitución
Sin embargo, la respuesta que realmente preocupaba al país –a corto plazo– era la de los movimientos indígenas y otros colectivos políticos y sociales, quienes habían amenazado con movilizaciones si llegaba a darse una muerte cruzada. Están frescos en la memoria del país los recuerdos de pasadas movilizaciones, largas, violentas y que le acaban costando al Ecuador más de lo que se le acusó en el juicio político a Lasso de haber estafado.
De momento, Leonidas Iza, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), ha instado a los pueblos y nacionalidades indígenas a mantener asambleas permanentes en sus territorios y ha declarado una “vigilia permanente por la democracia del país”, pero no hizo un llamado a la acción de protesta social.
Por su parte, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional se declararon instituciones obedientes y no beligerantes, con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución, y apuntaron el respeto que merece la medida por parte de los ciudadanos.
Y mientras tanto, decretos leyes
El Consejo Nacional Electoral (CNE) tenía hasta siete días para convocar elecciones. Estos nuevos comicios presidenciales y legislativos deberán realizarse en un plazo máximo de 90 días tras su convocatoria y Lasso puede presentarse como candidato.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, anunció el jueves 18 las fechas tentativas para las nuevas elecciones: 20 de agosto para la primera vuelta y 15 de octubre para la segunda (si es necesario). Esto significa que, para noviembre, Ecuador tendría nuevas autoridades. Estas personas ocuparán sus cargos únicamente hasta 2025, cuando concluye el periodo constitucional actual.
La aparente tranquilidad ciudadana durante la crisis parece deberse a que las fuerzas políticas de la oposición prefieren organizarse “en paz”
Aunque no hay anuncios oficiales ni perfiles presidenciales claros en los distintos partidos, ya se vislumbran algunos posibles candidatos o posibles alianzas. Será una campaña interesante cuando se inicie; ojalá que con menos candidatos que la de los comicios del 2021, donde la papeleta permitía elegir entre 16 presidenciables y el voto fragmentado afectó al país.
Hasta que llegue el momento de pasar la batuta, el Ejecutivo alista reformas económicas que aplicará, entre ellas, ajustes normativos para atraer inversiones e impulsar al sector petrolero. Estos decretos leyes deben recibir el dictamen favorable de la Corte Constitucional (CC) para entrar en vigor. Se ha presentado ya el primero: una reforma tributaria para reducir impuestos.
Entonces ¿ha sido la “muerte cruzada” una buena o mala maniobra por parte de Lasso? Por un lado, esta decisión le da al Ejecutivo la posibilidad de “ejecutar” sin verse frenado por un Legislativo en contra. Tiene unos meses para implementar reformas, pero solo en cuestiones de materia económica.
Por otro lado, las elecciones suponen la apertura a que los correístas, grandes vencedores de las elecciones seccionales, fortalezcan su postura y no solo vuelvan a la Cámara, sino también a la presidencia. La estructura populista que dificultó la gobernabilidad de este período podría ver una victoria en las urnas. Ya resulta interesante observar las alianzas.
Lasso cumpliría el 24 de mayo dos años de haber asumido la presidencia. Prácticamente en el ecuador de su mandato se ha definido su cierre; se puede prever que, aunque se lance a la reelección, lo más seguro es que no la consiga. Mientras tanto, la aparente tranquilidad que viven los ecuatorianos estos días parece deberse únicamente a que las fuerzas políticas de la oposición prefieren organizarse “en paz” y aprovechar la oportunidad que estas próximas elecciones les ofrecen.
Parece ser el ojo de la tormenta. Nos queda esperar y ver cómo el paso de este temporal altera el paisaje y qué impactos deja en la región.
Un comentario
Gracias por esta información tan actual y precisa