7/10Valoración

Indiana Jones y el Dial del Destino

GÉNEROS

PÚBLICOJóvenes

contenidos

Ritmo : ⚪⚪⚫
Amor: ⚪⚪⚫
Miedo: ⚪⚫⚫
Violencia: ⚪⚫⚫
Humor: ⚪⚪⚫

ESTRENO28/06/2023

Era misión imposible poner la guinda a una saga de películas muy populares y que resucitaron el cine clásico de aventuras. Ya algunos discutieron la segunda y la tercera entregas —Indiana Jones y el templo maldito (1984) e Indiana Jones y la última cruzada (1989)—, aduciendo que carecían del ritmo, la frescura y el humor de En busca del arca perdida (1981), consagrada tras su estreno como un indiscutible clásico moderno. Y poquísimos salvamos la cuarta entrega, Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), a pesar de que no difería tanto de sus antecesoras.

Así que, 42 años después, no lo tenía fácil el neoyorquino James Mangold con la quinta entrega: Indiana Jones y el Dial del Destino, a pesar de contar en su haber con filmes de la talla de Cop Land, Kate & Leopold, En la cuerda floja, El tren de las 3:10, Logan o Le Mans ’66. Porque, para más inri, sustituía como director al mismísimo Steven Spielberg, que esta vez se ha quedado como productor ejecutivo. Pues bien, Mangold sale bastante airoso del desafío, sobre todo gracias a la recta final de su película.

Nueva York, 1969, en plena celebración de la llegada del hombre a la Luna. Tras una década enseñando en el Hunter College, el prestigioso profesor de arqueología Indiana Jones (Harrison Ford) se prepara para retirarse al modesto apartamento donde ahora vive solo. Pero todo cambia cuando le visita por sorpresa su ahijada Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge), que busca un extraño artefacto que su padre confió a Indy al final de la Segunda Guerra Mundial.

Quizás al conjunto le falta equilibrio y continuidad narrativa, y le sobra metraje y algún efecto visual chapucero. Pero, desde luego, cumple con creces el joven Indy digital de la impactante escapada inicial en tren. Además, a sus 81 años, Harrison Ford sale indemne de las numerosas secuencias de acción en que le meten –alguna, muy espectacular–, y mantiene el carisma y la mordacidad del Indy de siempre.

Como era de esperar, Mads Mikkelsen compone un malvado tan memorable como la música del incansable nonagenario John Williams. Y Mangold acierta al rendir homenaje en su realización al propio Spielberg, especialmente en los pasajes más cercanos a En busca del arca perdida, con esqueletos variados, bichos espeluznantes y hasta leves concesiones al esoterismo.

Mangold sólo se desmelena –y triunfa– en el giro final de la trama, un descarado homenaje a las grandes epopeyas históricas del Hollywood clásico, que prepara muy bien para un precioso epílogo, donde por fin entra en ebullición la nostalgia que impregna de principio a fin esta película, bastante sabrosa como guinda del pastel.

Jerónimo José Martín
@Jerojose2002

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