Este dietario, dividido en los doce meses del año, se inicia cuando el escritor convalece en un hospital de Vic, el más cercano al pueblo de Centelles, en la zona del Montseny (Barcelona), donde vive con su mujer, después de haber residido en Palma, Barcelona, Madrid y también fuera de España, cuando fue corresponsal de prensa.
Hacia el final del texto, el autor da razón a los lectores del título del libro: “Una casa dividida es más que un conflicto político, también es moral y existencial”. La realidad española, con especial atención a Cataluña, y la política internacional, con mucho hincapié en el panorama del mundo a raíz de la guerra de Ucrania, ocupan buena parte del dietario, así como la farsa y la corrupción generalizadas en esos ámbitos.
Además, Valentí Puig capta esta crisis y división en temas muy variados, como la pedagogía y las leyes educativas, la familia, las redes sociales y los avances tecnológicos, la excesiva medicalización de la vida humana, los animalismos, etc.
Terrenos interesantes es el de la literatura, la historia y el arte. Aquí abundan las referencias a libros, autores, películas… y Valentí Puig se muestra bastante duro con la literatura más reciente, lo que lo lleva a interesarse más por las biografías y por obras clásicas. Algo parecido sucede con el cine.
Abunda la ironía inteligente y elegante en su mirada crítica de la realidad actual, también cuando se trata de algunas personas, cuyos nombres suele mantener ocultos. Valentí se refiere varias veces a su vuelta a la fe católica, con especial gratitud y admiración hacia Juan Pablo II y Benedicto XVI, y aboga por la política de la calma, del entendimiento y por el pensamiento conservador frente a la improvisación, el insulto y los experimentos ideológicos. Interesante dietario, con el que se invita a la reflexión.