Edward C. Green, antropólogo médico de la Harvard School of Public Health, escribe en International Herald Tribune (4 marzo 2003) sobre los avances en la lucha contra el SIDA en Uganda.
La tasa de nuevas infecciones de SIDA en Uganda comenzó a bajar a finales de los ochenta. Pero el grueso de expertos extranjeros no empezó a dejarse ver por allí hasta principios de los noventa. Además, cuando la epidemia comenzó a frenarse había muy pocos preservativos en Uganda, y solo comenzaron a estar abiertamente disponibles después de que aparecieran los expertos.
Lo que había ocurrido era que, desde 1986, Uganda intentó implantar un cambio de fondo en la conducta sexual. Mediante una campaña de bajo coste se difundió este mensaje: «Deja de tener varias parejas. Sé fiel. Adolescentes, esperad hasta al matrimonio para tener relaciones sexuales». Es lo que se ha dado en llamar el modelo ABC: Abstinencia, fidelidad [Be faithful], usar Condones si fallan A y B.
En 1995, según un estudio financiado por Estados Unidos, el 95% de los ugandeses declaraban haber tenido relaciones sexuales con una o ninguna persona en el año anterior. Además, la tasa de actividad sexual de los jóvenes bajó significativamente de finales de los ochenta a mediados de los noventa. El mayor descenso en la tasa de infección de SIDA y el cambio más acusado en la conducta sexual se produjeron entre los jóvenes de 15 a 19 años. Este era también el grupo con menor tasa de muertes por SIDA, lo cual muestra que fue más bien el cambio de conducta, y no la mortalidad, lo que hizo bajar la tasa de infección.
(…) Cuando se pregunta a los africanos por su cambio de conducta ante el SIDA, la gran mayoría no habla mucho de condones. Dicen más bien que se han hecho monógamos, según un estudio de la ONU que compendia años de investigación.