Como consecuencia natural de la inmigración, han aumentado en España los matrimonios mixtos, entre una persona española y otra extranjera: de 1996 a 2004 se multiplicaron casi por tres. Lo que no parece tan natural es que entre los matrimonios homosexuales, admitidos desde mediados de 2005, la frecuencia de los mixtos sea el doble que en los de hombre y mujer. Esta anomalía se observó ya al principio y se acentuó en 2006, como muestran los datos definitivos de ese año, recién publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En 2006 hubo 203.453 bodas entre hombre y mujer, un 2,25% menos que en el año anterior. Las de parejas homosexuales fueron 4.313, de las cuales 3.000 fueron entre hombres. Con relación al total de matrimonios celebrados, los homosexuales son el 2% (en 2005 fueron el 1%: cfr. Aceprensa 12/07).
De los matrimonios entre mujer y hombre, 23.919 fueron mixtos, o sea, el 11,75%. Esta proporción se dispara en los matrimonios homosexuales, de los que fueron mixtos la cuarta parte (1.089), casi 4 puntos porcentuales más que en el año anterior. En concreto, hubo 887 bodas de español con extranjero y 202 de española con extranjera.
Los datos relativos a 2005 ya dieron pie a preguntarse si la elevada proporción de bodas homosexuales con un contrayente extranjero podría deberse en parte a “matrimonios de conveniencia” (cfr. Aceprensa 136/06). Casarse con una persona nacional facilita a una extranjera obtener el permiso de residencia y aun la ciudadanía española. En 2006 el Ministerio de Justicia admitió que se habían detectado centenares de matrimonios celebrados en España en 2005 que habían sido “de conveniencia”. Pero no se han facilitado datos al respecto sobre los de parejas homosexuales.
Tampoco los del INE permiten comprobar esa posibilidad: a diferencia de los referidos a matrimonios entre hombre y mujer, los de homosexuales no están desglosados por países, sino por continentes. Como para un ciudadano de la Unión Europea tiene poco sentido simular el matrimonio porque no necesita permiso para residir en España, la hipótesis sería más probable si se observara un predominio desproporcionado de extranjeros procedentes del exterior de la Unión.
Cualquiera que sea la explicación, la presencia de extranjeros en los matrimonios homosexuales es anormalmente alta. Si se suman los mixtos y los celebrados entre dos extranjeros, el total se eleva hasta 1.323 en 2006, el 30,67% de los matrimonios homosexuales. Y en las bodas entre varones la proporción es aun mayor, del 35,73%. En cambio, de los matrimonios entre hombre y mujer, la parte de aquellos en los que al menos un contrayente no es español es la mitad: el 15,67% en 2006.