“Escandalosa”, “reaccionaria”, “fetua contra la libertad de las mujeres”... son algunas de las calificaciones suscitadas por una sentencia de un tribunal de Lille (Francia), que ha anulado un matrimonio porque la esposa había ocultado a su marido que no era virgen. El asunto ha suscitado una tormenta mediática sobre la libertad sexual de las mujeres, un animado debate parlamentario y el anuncio de la ministra de Justicia, Rachida Dati, de que el ministerio público apelaría la sentencia. La paradoja del caso es que lo que se presenta como una sentencia propia de una mentalidad superada es difícil de atacar con la moderna lógica de la subjetividad en materia de matrimonio.
La pareja en cuestión es musulmana: él un ingeniero francés converso a…
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