La Asamblea Nacional francesa ha aprobado un proyecto de ley que permitirá un permiso laboral de hasta tres semanas para acompañar a un enfermo terminal, con un subsidio de 49 euros diarios.
Este subsidio era una de las veinte propuestas de mejora de la ley sobre el fin de la vida, presentadas en diciembre de 2008 por la comisión Leonetti que descartó la eutanasia (cfr. Aceprensa, 7-01-2009).
Esta medida beneficiará a toda persona que interrumpa su trabajo para acompañar a domicilio a un familiar que esté próximo a morir. De este modo se favorece también el deseo de morir en casa, y no en un hospital, deseo que tienen la mayoría de estos enfermos terminales.
Régis Aubry, encargado de poner en marcha el plan de cuidados paliativos del Ministerio de Sanidad, ha declarado a Le Monde que esta medida es importante tanto desde el punto de vista práctico como simbólico: “Una sociedad que es capaz de conceder esta atención y estos medios a los enfermos terminales, igual que es capaz de hacerlo con las personas que nacen mediante el permiso parental, es una sociedad que tiene porvenir porque piensa en el hombre”.