El informe anual de la OCDE sobre las tendencias migratorias (International Migration Outlook 2012) muestra un ligero repunte de la inmigración en 2011, después de tres años de descenso. Los desplazamientos para ocupar un puesto de trabajo en el extranjero (migración laboral) siguen en niveles de crisis, pero en cambio aumenta la emigración estudiantil. China vuelve a ser el país con más desplazados.
Datos provisionales indican que en 2011 la inmigración aumentó en todos los países europeos de la OCDE menos España, Italia y Suecia
Los datos que la OCDE da por definitivos corresponden a 2010, pero el informe aporta también unas previsiones para 2011, basadas en cálculos hechos por los gobiernos de cada país.
Uno de estos cálculos son los que se refieren a la “primavera árabe”: aunque es muy difícil conocer el número de desplazados, sí se ha podido saber que las peticiones de asilo crecieron un 20% en 2011.
Mientras que en 2010 la inmigración habría descendido un 2,5% respecto al año anterior –el estudio solo se refiere a la que llega a los países de la OCDE–, las estimaciones para 2011 muestran un aumento en Estados Unidos, Australia y en todos los países europeos de la OCDE salvo España, Italia y Suecia.
De confirmarse los datos, tanto Estados Unidos como Europa estarían experimentando un cambio de tendencia significativo, después de que en 2010 recibieran un 8% y un 3% menos de inmigrantes respectivamente (excluidos, en el caso europeo, los desplazamientos intracontinentales). En cambio, en ese mismo año, Canadá, Corea y México crecieron un 10%. Filipinas, China y Estados Unidos son los países de origen más comunes para cada uno de ellos.
A pesar de que la crisis económica ha paralizado la creación de empleos en gran parte del mundo, las migraciones no se han resentido tanto como se esperaba gracias a varios factores, entre ellos la globalización de los mercados laborales y los acuerdos de libre circulación de personas. Otro es el asentamiento de una clase media cada vez más numerosa en algunos países emergentes y muy poblados.
China, Rumanía y la India son los países de los que salen más emigrantes
La inmigración según el país de origen
Los países de donde más se emigró en 2010 a alguno de la OCDE fueron, por este orden: China (508.000 personas), Rumanía (289.000), India (252.000), Polonia (223.000). Siguen Filipinas, México, Estados Unidos, Marruecos, Reino Unido y Alemania, cada uno con más de 100.000 salidas pero menos de 200.000. En ellos se observan distintas tendencias.
China, Rumanía y la India han experimentando un crecimiento continuo de 2000 a 2010, aunque con mucha menos intensidad en la segunda mitad de la década, al contrario de lo que ha ocurrido en Estados Unidos. En Polonia y Filipinas aumentó la emigración muy bruscamente de 2000 a 2005, pero luego descendió hasta 2009, de manera mucho más acusada en Filipinas. En 2010 ambos países volvieron a crecer. El número de emigrantes mexicanos (dirigidos fundamentalmente a Estados Unidos) y alemanes llevaba aumentando desde 2000, pero en 2010 bajó de forma brusca, una tendencia negativa que vienen experimentando Marruecos y Reino Unido desde mitad de década.
Si tomamos los datos de emigración como un porcentaje del número de habitantes del país, China desaparece de los primeros puestos, que ocupan Rumanía, Bulgaria, República Dominicana, Polonia y Marruecos. Rumanía y Bulgaria están despoblándose a un ritmo superior al 1% por año. Polonia es ya el principal país de origen de los inmigrantes que llegan a Dinamarca, Alemania, Islandia, Noruega y Holanda. Si los polacos prefieren el norte de Europa, los rumanos se decantan por el sur: son el colectivo más numeroso en Italia, Portugal y España, así como en Hungría, y el segundo en Austria, Dinamarca y Alemania.
En Occidente, la aportación de los inmigrantes crecerá en importancia a medida que se vaya jubilando la generación del “baby boom”, señala la OCDE
El caso chino
La emigración china merece un capítulo aparte. En 2010 supuso un 10% del total de los llegados a países de la OCDE, tanto como toda la africana. China fue el país de origen mayoritario entre los inmigrantes que llegaron a Japón y Corea del Sur (más del 50% procedían del gigante asiático), el segundo en Estados Unidos y Australia, y el tercero en Canadá, donde han ido perdiendo presencia a favor de los indios y los filipinos. En total, más de medio millón de nativos abandonaron China en 2010.
Estos datos explican en gran medida que Asia sea, en números brutos, el continente del que más se emigra, seguido por Europa y América. Sin embargo, en términos relativos, los europeos siguen siendo los más proclives a emigrar –fundamentalmente a otros países del continente–, y eso a pesar de los grandes flujos que van de México a Estados Unidos y de África a Europa. Tanto en Latinoamérica como en África, los desplazamientos se redujeron respecto a 2009.
La emigración por estudios supone tan solo un 5% del total, pero sirve como indicador para una futura emigración por trabajo. Una vez más, los chinos forman el principal colectivo emigrante, y junto con los indios aportan ya el 25% de los estudiantes internacionales. Australia es ya el tercer destino preferido después de Estados Unidos y Reino Unido.
El informe de la OCDE advierte de que “a largo plazo, si Asia se desarrolla y empieza a ofrecer trabajos que no solo atraigan a los propios asiáticos, sino también a personas de fuera, los países de la OCDE no podrán seguir contando con esta corriente estable de trabajadores cualificados que hoy en día llegan del continente asiático”.
Joven e inmigrante, el perfil más castigado por la crisis
Durante la década de 2000 a 2010, el 70% del incremento en la fuerza laboral europea, y el 47% en la de Estados Unidos se debió a los inmigrantes. Con las bajas tasas de natalidad occidentales, la inmigración está llamada a seguir sosteniendo la producción: “Su aportación crecerá en importancia –señala el informe– a medida que se vaya jubilando la generación del baby-boom”.
Sin embargo, la crisis económica se ha cebado con los que han abandonado su país de origen, y especialmente con los jóvenes. La tasa de desempleo de los inmigrantes aumentó de media 4,5 puntos porcentuales, por solo 2,5 de los nativos. Además, aquellos están sobrerrepresentados entre los parados a largo plazo, y también en los sectores menos estables, por lo que la proporción de parados extranjeros podría crecer aún más en poco tiempo.
Los jóvenes inmigrantes están sufriendo además el desempleo que está afectando de manera especial a la juventud en casi todos los países en crisis (desde diciembre de 2007 a enero de 2012, el paro juvenil ha aumentado en más de dos millones de personas entre todos los países de la OCDE).
En Holanda, Suecia, Suiza, Eslovenia y Austria, la juventud inmigrante tiene hasta dos veces más posibilidades que la nativa de estar en paro. En cambio, el porcentaje de desempleados es mayor entre los nativos en Estados Unidos, Grecia, Italia, Gran Bretaña y la República Checa. De hecho, en Estados Unidos y Gran Bretaña, hay más proporción de parados de largo plazo entre los nacidos en el país que entre los inmigrantes.
Por lo general, los jóvenes inmigrantes también han estado sobrerrepresentados en los trabajos temporales y a tiempo parcial. La magnitud de la desventaja que supone ser joven en el actual mercado laboral también se aprecia entre los inmigrantes: la tasa de paro de los jóvenes duplica la de los adultos en casi todos los países de la OCDE (salvo Dinamarca, República Checa y Alemania). En Nueva Zelanda es cuatro veces mayor, y en Australia, Italia, Suecia y Reino Unido se acerca al triple.