Nuevo episodio en las maltrechas relaciones entre episcopalianos y el resto de los miembros de la Comunión Anglicana. El organismo que representa a los obispos episcopalianos ha publicado una nota en la que rechaza la posición que sobre la homosexualidad mantiene el resto de la Comunión y critica que se pretenda variar la jurisdicción sobre algunas comunidades episcopalianas. Todo ello, después de que la obispa Katharine Jefferts Schori, líder de la iglesia episcopaliana, firmase el documento que el pasado mes de febrero salió de la reunión en Tanzania con los primados de las 38 provincias anglicanas.
Aquella declaración ponía fecha -30 de septiembre de 2007- a la rectificación de la política llevada a cabo por la Iglesia episcopaliana hasta ahora con respecto a la ordenación de homosexuales, y el resto se comprometía a no acoger bajo su jurisdicción a las comunidades estadounidenses que desean dejar de estar bajo el régimen episcopaliano. La nota emitida por el órgano episcopaliano convierte en papel mojado dicho ultimátum y lo hace con palabras rotundas.
Por una parte, han dejado claro que no están dispuestos a cambiar su postura sobre la homosexualidad; y por otra han rechazado la posibilidad de crear la figura de un «vicario primacial» que velaría por aquellas congregaciones episcopalianas que desearan mantener la doctrina tradicional sobre el asunto. Este rechazo se ha materializado con insinuaciones de colonialismo y afirmando que «sería injurioso» para ellos.
Los obispos norteamericanos han pedido un encuentro urgente, cara a cara con los más altos dirigentes de la Comunión, incluido el arzobispo de Canterbury y primado de Inglaterra, Rowan Williams. Este ha respondido con una breve declaración oficial, en la que califica de «desalentadora» la respuesta de los episcopalianos e indica «la necesidad de discusiones y clarificaciones adicionales».
La Iglesia episcopaliana tiene 2,3 millones de los 77 millones de fieles anglicanos en el mundo. Desde el punto de vista financiero, sin embargo, supone al menos un tercio de las operaciones económicas anuales, incluidas cuantiosas aportaciones a Iglesias en países pobres, especialmente de África y Asia. La disputa que amenaza con cisma tiene su origen inmediato en la ordenación episcopal en 2003 de Gene Robinson, abiertamente homosexual, y en la bendición de parejas del mismo sexo por parte de comunidades episcopalianas.
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