EE.UU.: un contrato más firme, frente al divorcio fácil

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Después de sucesivos fracasos en otros muchos Estados, los activistas estadounidenses pro-familia han logrado un primer triunfo en su campaña contra el divorcio fácil. Una ley aprobada el 23 de junio en el Estado de Luisiana introduce un tipo de contrato matrimonial -el covenant marriage («matrimonio-alianza»)- bajo el cual las parejas aceptan libremente tener más dificultades legales para divorciarse.

A partir del próximo 15 de agosto, quienes se casen en Luisiana (4,3 millones de habitantes) tendrán que elegir previamente si lo hacen con un contrato que permite el divorcio a petición o bajo la nueva alianza matrimonial.

Los que escojan esta modalidad sólo podrán divorciarse en condiciones más rigurosas que los primeros: sólo será posible si los cónyuges han estado separados por lo menos durante dos años, si se prueba el adulterio de alguno de ellos, si uno es encarcelado por crimen, si ha abandonado la casa durante al menos un año o si es culpable de malos tratos a algún miembro de la familia. Y también si la pareja ha estado separada por ley durante un año, o durante 18 meses cuando el matrimonio tiene hijos menores. Para la separación legal, las causas serán las mismas del covenant divorce y además la «intemperancia habitual» de un cónyuge o el «trato cruel».

La ley también exige a las parejas que opten por el matrimonio-alianza que reciban asesoramiento prematrimonial, incluyendo la discusión de las restricciones previstas en su pacto.

Puede pensarse que este nuevo contrato no va a cambiar las convicciones de ninguna pareja, pero es una manera de subrayar que la estabilidad importa, incluso en Luisiana, donde una pareja puede divorciarse sin que medie justificación ni falta de ningún cónyuge, siempre que vivan separados durante seis meses. La nueva modalidad no excluye el divorcio, pero da a las parejas la opción a ponerlo más difícil. Lo que por cierto vendrá bien a un país donde casi la mitad de los matrimonios se acaban rompiendo. Además, al pedir a las parejas que se planteen bajo qué contrato se casarán, se les facilita que reflexionen sobre el alcance de su compromiso, un primer paso a favor de la fidelidad.

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