El gobierno británico ha publicado por quinto año consecutivo una clasificación de las casi 4.000 escuelas secundarias estatales de Inglaterra y Gales por sus resultados académicos. Las escuelas privadas no aparecen evaluadas. En conjunto, se advierte una leve mejora.
La clasificación del Ministerio presenta los resultados académicos de todas las escuelas de cada distrito escolar, destacando las mejores y las peores. Y ofrece también el índice de asistencia a clase. El 66% de los padres usan las tablas para decidir en qué escuela secundaria estudiarán sus hijos.
Para la ministra de Educación, Gillian Shephard, publicar los resultados «anima a las escuelas que sobresalen a superarse, espolea a las que están por debajo de la media a marcarse objetivos más elevados y fuerza a las peores a la reforma». La ministra ha dicho que seguirá publicándolos. Aunque se añadirá información de los niveles de lectura y matemáticas de los alumnos al comienzo de la Enseñanza secundaria, para poder evaluar la progresión de los estudiantes.
Las clasificaciones dan pie a que las mejores escuelas atraigan a los buenos alumnos. El partido laborista dice que esto agudiza las diferencias entre los alumnos de las mejores escuelas y los que han de conformarse con las postreras. Pero, en cualquier caso, esa distribución de los alumnos no depende de la situación económica de su familia. Los datos dejan ver que la diferencia entre las escuelas no la marca tanto la selección de alumnos cuanto el modo de dirigir las escuelas, la orientación de los cursos en función de las destrezas de los alumnos y el apoyo de los padres.