Las banderas de Francia ondean media asta y muestran crespones negros. El asesinato de 12 personas en el ataque yihadista al semanario Charlie Hebdo, el 7 de enero, ha conmocionado al país y mostrado la vulnerabilidad de las sociedades europeas a estos actos violentos, protagonizados por individuos que, tras un adoctrinamiento en el fanatismo, toman su pasaporte europeo y viajan sin mayor problema hacia Iraq y Siria.
Según datos del Centro de Estudios sobre Radicalización, del King’s College londinense, unos 2.000 jóvenes europeos han ido a parar a los brazos del terrorista Estado Islámico. Otras fuentes, en Bruselas, ubican la cifra en 4.000. Dejaron París, Londres o Berlín para irse a pegar tiros en Siria e Iraq, y para quien sigue los t…
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