En Francia, las prostitutas ya no serán perseguidas por ofrecerse, pero sus clientes serán castigados con una multa de 1.500 euros (3.500 si son reincidentes). Es el cuarto país europeo que adopta esta fórmula, original de Suecia, que la implantó en 1999. Más tarde la imitaron Noruega e Islandia.
La ley ha seguido un largo trámite de dos años y medio por la oposición del Senado, que ha rechazado el texto tres veces. Pero la Asamblea Nacional tiene la última palabra, y en la cuarta lectura, el 6 de abril, lo ha aprobado definitivamente sin conceder los cambios que reclamaban los senadores.
La discrepancia se refería a las dos principales medidas del proyecto: castigar a los clientes y suprimir el delito de ofrecimiento “pasivo” de servicios…
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