Ante el problema de los embarazos en adolescentes, desde hace años el gobierno británico ha centrado sus esfuerzos en dar abundante información sexual a los jóvenes. Esta estrategia no ha logrado apenas contener el fenómeno, mientras que en otros lugares las campañas centradas en la responsabilidad sexual, que fomentan la continencia hasta el matrimonio, han tenido más éxito. Esta es la tesis del estudio Sex Education or Indoctrination? realizado por el Family Education Trust, un think tank independiente.
La meta del gobierno es que los embarazos de adolescentes se hayan reducido un 50% en 2010. Pero Gran Bretaña sigue teniendo la mayor tasa de Europa occidental, con más de 40 embarazos por mil chicas de 15-17 años. La Teenage Pregnancy Unit, organismo oficial creado en 1999 para atacar el problema, confirma que en Inglaterra y Gales, tras una bajada del 7% de 1998 a 2001, ha habido un aumento del 2,2% en el año siguiente (datos referidos a chicas de 15-17 años). La tasa de abortos entre esas chicas es del 46% (2001), 3,5 puntos más que en 1998. Escocia, que tiene su propio programa de prevención, ha registrado entre 1998 y 2001 un descenso menor, del 4% entre chicas de 13-19 años. Los nuevos casos de enfermedades de transmisión sexual entre menores de 20 años casi se han duplicado de 1991 a 2001, año en que sumaron 1,3 millones (Escocia excluida).
«El gobierno -afirma Valerie Riches, autora del estudio-, centra su campaña de educación sexual de los adolescentes en la premisa de que es poco realista esperar que los jóvenes se abstengan del sexo. Y que además se encuentran embarcados en una situación en la que tienen que elegir entre el uso del preservativo o el de la píldora del día siguiente. Las cifras muestran sin embargo que sería más sensato apoyar la abstinencia de la mayoría, y demostrar a la minoría los beneficios físicos, emocionales y psicológicos de la continencia hasta el matrimonio». El estudio menciona algunos programas de continencia sexual que se están aplicando en Estados Unidos y que están teniendo buenos resultados. En algunos lugares se han llegado a reducir los casos de embarazos de adolescentes en un 10% en pocos años.
Las campañas gubernamentales utilizan elementos como distribución de panfletos con información sexual explícita, clases en las escuelas con una mayor carga sexual, reparto gratuito de preservativos o envío de felicitaciones a chicas que cumplen 14 años invitándoles a una revisión médica sin la presencia de sus padres. En las guías que se distribuyen a los adolescentes aparecen mensajes como los siguientes: «El consejo y la distribución de material anticonceptivo es libre para cualquiera. No importa cuántos años tengas no hay una edad legal para el sexo». Con todo esto, señala Riches, se está creando una cultura del condón a toda costa. Y se queja de la actuación de la Family Planning Association (FPA). «La FPA -dice- confunde lo bueno y lo malo en las mentes de los jóvenes y solo presenta como imperativo moral absoluto el uso del preservativo».
El informe no oculta que ha habido algunas zonas en las que han disminuido los embarazos de adolescentes, también en 2002. Sin embargo, advierte, esos lugares son una minoría, y los descensos (3%-8%) son menores que los aumentos registrados en otras partes (hasta 34%).
Ya antes otros estudios habían puesto en duda la eficacia de los programas oficiales británicos. Tanto una investigación publicada en Journal of Health Economics (ver servicio 37/02) como otra aparecida en British Medical Journal (ver servicio 20/01) revelan que hay más embarazos de adolescentes donde más se difunden los anticonceptivos.