Cannes. El compás de espera ante las nuevas tecnologías, y cómo éstas podrán modificar los contenidos televisivos, ha vuelto a ser la tónica del Mercado Internacional de Programas de Televisión (MIPTV) de Cannes. El lento pero imparable ascenso de las televisiones de pago, la evolución de los canales temáticos, la interacción, la digitalización, e incluso la alta definición, siguen siendo temas recurrentes. El paréntesis se hace ya largo y se traduce en un impasse en la creación de nuevos formatos, mientras que los productos de ficción siguen siendo la más firme apuesta de las cadenas: un refugio donde cada vez hay menos imaginación.
Europa sigue sin encontrar líneas de colaboración que le permitan hacer frente al coloso norteamericano. Mientras, una negra nube se cierne también sobre la fábrica de sueños: la anunciada huelga de guionistas de Hollywood, que puede ir acompañada de la de actores. Esta sombra se ha dejado sentir: la todopoderosa Warner, que siempre acaparaba la mayor cantidad de metros cuadrados en el MIPTV, ha faltado por vez primera a la cita. La excusa proporcionada: el MIPTV está muy cerca de los screenings de Los Ángeles, que tienen lugar también en abril.
De todos modos, el negocio continúa en Cannes: al menos, los contactos que fraguarán en contratos. 10.878 participantes procedentes de 92 países, 481 stands y más de 1.600 compañías representadas suponen un éxito de la organización. La novedad ha sido la presencia de un buen número de compañías procedentes de Asia (117) y de los países árabes (más de medio centenar). El Palacio del Festival se quedó ya pequeño. Un palacio aledaño, varias carpas y los barcos anclados en el puerto, que sirven a las compañías como improvisadas oficinas, han sido también escenario del ir y venir de compradores y vendedores. Todo ello, sin olvidar los salones de los principales hoteles y sus suites, convertidas en cuarteles generales de los ejecutivos que prefieren no pisar el mercado y recibir en privado a los clientes.
La unificación audiovisual alemana
Quizás lo más importante este año haya sido la presentación de un proyecto de unión de las televisiones alemanas con el fin de estudiar vías de acción tendentes a levantar el mercado de las tecnologías, los formatos y la ficción televisiva en Europa. La trascendencia de lo que han dado en calificar como «unificación audiovisual alemana» es imprevisible. Puede que se quede en un simple intento o que por el contrario suponga el rearme audiovisual de Alemania, dispuesta a llevar la iniciativa en el mercado europeo y plantar cara al resto del mundo.
Lo cierto es que sentar en una misma mesa a Jan Mojto, (grupo Kirch) Gerhard Zeiler (RTL), Dieter Stolte (ZDF) y Günther Struve (ARD) no es cosa fácil. Ellos mismos, en la presentación oficial del proyecto, anunciaban que esta unión debía ser un ejemplo para Europa. A partir de ahora no habrá que perder de vista las iniciativas de este conglomerado. Vale la pena recordar que Alemania es el país europeo que más produce, especialmente películas para televisión y miniseries. En el año 2000 produjo más de 2.000 horas, 200 más que en 1999, con una inversión superior a los mil millones de euros.