La Mudawana -el código de familia de Marruecos, muy discriminador de la mujer- será modificado tras una supervisión llevada a cabo por un grupo de ulemas (doctores en leyes y teología islámica). La presentación de estas reformas a favor de la mujer coinciden con otra novedad: la presencia por primera vez de dos diputadas en el Parlamento marroquí.
Los cambios del código afectarán al contrato de matrimonio, a la representación legal de los hijos, al repudio, a la poligamia, al arbitraje de la conciliación de los esposos, a la patria potestad de los hijos y a los gastos de la pensión alimentaria de los menores en caso de separación. Pero hasta ahora los cambios han sido enunciados en general, sin detallar las variaciones.
La Mudawana, vigente desde 1957, reconoce la poligamia, el repudio a la esposa, la tutela obligatoria del padre sobre la hija hasta el matrimonio y el reparto desigual de la herencia.
«Una de sus disposiciones más escandalosas es la libertad que tiene el marido de divorciarse de su mujer cuando quiera y sin ningún tipo de contrato, mientras que en el caso contrario es necesario un largo y complejo procedimiento», explica Badia Skalli, una de las diputadas electas el pasado 25 de junio.
El texto preparado por los ulemas será examinado por organizaciones femeninas de Marruecos, tal como decidió Hassan II. No obstante, el monarca, previendo las posibles discrepancias, se reserva la responsabilidad última de los cambios, como jefe religioso o «guía de los creyentes».
La iniciativa de la revisión del código familiar partió del mismo Hassan, que la hizo pública el pasado mes de septiembre ante representantes de organizaciones de mujeres marroquíes y algunos ministros del Gobierno.
A pesar del avance legal y la presencia novedosa de las diputadas, la situación de inferioridad de la mujer no va a desaparecer a corto plazo, especialmente en el medio rural. Hay que tener en cuenta que sólo el 38% de las mujeres están alfabetizadas.