La Academia francesa de Ciencias publicó el pasado 17 de noviembre una investigación sobre el efecto invernadero en la que destaca que hay muchas incógnitas que impiden todavía predecir a medio plazo el cambio climático de nuestro planeta.
Sobre el efecto invernadero, explica que el crecimiento de la concentración de gas carbónico -elemento esencial para el aumento de este efecto- se ha ralentizado. Concretamente, desde 1991 se ha dividido prácticamente por tres, y, aunque no se conocen con certeza las causas ni cuánto durará esa tendencia, la disminución es satisfactoria.
Los investigadores indican que el clima de nuestro planeta experimenta actualmente una variación pequeña en valor absoluto pero rápida. Y advierten que no se puede predecir la evolución a medio plazo del clima (50 a 100 años). También concluyen que las consecuencias potenciales de los cambios climáticos justifican que se invierta más dinero en la investigación de este campo.
El informe reconoce que hay fenómenos que son signos precursores de cambios climáticos. Enumeran, entre otros, el aumento de la temperatura media del globo (alrededor de medio grado centígrado), el incremento de la concentración de gases atmosféricos, o las variaciones -grandes, pero no catastróficas- de la cantidad de ozono en las capas de la atmósfera. Sin embargo, se subraya que los datos disponibles sobre esos cambios no bastan para evaluar de modo fiable el desarrollo climático.
Entre las incertidumbres, los investigadores señalan el todavía oscuro conocimiento del ciclo del carbono y de las variaciones de masa de los casquetes polares.