MIPTV 2003 en Cannes, ventana de la oferta internacional de productos de televisión
Cannes. El Mercado Internacional de Programas de Televisión (MIPTV) es la cita anual en Cannes para presentar las ofertas que nutrirán las parrillas de las televisiones en la próxima temporada. Este año, en que celebraba su cuarenta aniversario, ha estado ensombrecido por la guerra de Irak y la ausencia de gran parte de la industria norteamericana. Dentro de la variedad, destacan algunas tendencias: las crecientes sinergias entre determinados productos de televisión y otros soportes; el esfuerzo de la ficción europea, con productos de calidad y envergadura; y la entronización de programas musicales con retazos de reality, estilo Operación Triunfo o Star Academy.
El MIPTV, junto con el MIPCOM, que se celebra también en Cannes en octubre, y está orientado a productos para las televisiones temáticas, son las dos caras de una misma moneda. Hay quienes afirman que con una sola cita anual bastaría para las novedades que se producen en el mundo televisivo.
Con todo, en este cuarenta aniversario el MIPTV ha visto incrementarse el número de sociedades presentes con stand propio: 1.224, si bien algunas de las grandes compañías americanas han preferido quedarse en casa esperando que los clientes acudan a los screenings de Los Angeles, que tienen lugar solo algunas semanas después.
Soportes que se apoyan entre sí
Resulta ya un tópico comentar que se mantiene el compás de espera en el mundo audiovisual hasta que se clarifiquen determinadas opciones tecnológicas y el mapa de esa geografía de fusiones y compras que desde hace años preside este negocio. Si el año pasado la caída del imperio del magnate bávaro Leo Kirch y el asalto por parte de Vivendi a Canal Plus dominaron el ambiente del mercado, en el último día de esta edición se anunciaba que gran parte del imperio mediático de Kirch había sido adquirido por el millonario estadounidense Haim Saban.
Las conferencias y foros no han dado luz nueva a los viejos problemas. En el ámbito de la tecnología más común destacaba el valor añadido que está prestando como soporte el DVD, que supone ya una revolución muy superior a la que en su momento fue el vídeo, y que ha abierto nuevas ventanas (windows) en el mercado de los contenidos audiovisuales. En este sentido, son cada vez más patentes las sinergias entre determinados productos de cine, televisión y otros soportes, que van desde la informática, el DVD, la industria discográfica y el CD, a los videojuegos y la telefonía móvil de última generación. Prueba de que en este campo se están gestando nuevas alianzas mediáticas es el lanzamiento de la nueva versión de Matrix que va a incluir una serie de videojuegos.
Esfuerzo de la ficción francesa
A falta de títulos de la industria americana, la ficción europea ha sido la gran protagonista. Dentro de ella existe de todo, pero se nota por parte de algunas productoras un esfuerzo por plantar cara al mercado americano con productos de calidad y envergadura.
Los franceses se han movido entre la reconstrucción histórica reciente y la adaptación de textos más o menos clásicos. TF1, el canal privado francés, ha optado por un drama basado en un hecho real que en la Francia de los años cincuenta constituyó todo un escándalo, Laffaire Dominici. Gaston Dominici es acusado por sus hijos de un triple asesinato y condenado a muerte a pesar de contar 77 años de edad. El proceso, teñido de intrigas sin resolver, dividió a Francia. En 1957 el presidente Coty conmutó la pena de muerte por cadena perpetua, y en 1960 el general De Gaulle indultó al preso. Esta versión televisiva es un duelo interpretativo entre Michel Serrault, que da vida al viejo Dominici, y Michel Blanc, en el papel del comisario, enfrentamiento entre dos mentalidades y dos mundos, el de la gran ciudad y el rural.
En formato TV-movie, TF1 recupera también Volpone, la obra de teatro original del Ben Jonson que inspiró a Joseph L. Mankiewicz su film Mujeres en Venecia. En esta ocasión la trama se desarrolla, tal como la imaginó su escritor, en el Nápoles del siglo XV. La dirige Frédéric Auberti, y entre sus protagonistas están Gérard Depardieu, Daniel Prevost, Robert Hirsch y la española Inés Sastre.
Tras «La Biblia», el Imperio Romano
En un panorama más bien carente de grandes coproducciones sorprende el papel que desempeña la productora italiana Lux Vide, como ejemplo de tenacidad para acometer grandes empresas. Una productora capaz de unir voluntades tanto de la RAI como del grupo Mediaset de Berlusconi, las alemanas Beta o Eos -recién creada-, para llevar adelante proyectos de notable fuste. Tras su serie sobre «La Biblia», que le ha dado tanto prestigio además de un premio Emy, la productora de Ettore Bernabei -que durante años fue presidente de la RAI- ha encontrado su nuevo filón en la vida de los emperadores romanos. La saga que lleva como título Imperium (The Rise and Fall of an Empire) se abre con Augustus, the First Emperor, en formato de miniserie de dos capítulos de dos horas cada uno.
Los ha dirigido Roger Young, que cuenta en su haber con trabajos anteriores para esta productora como el capítulo de La Biblia dedicado a Jesús o el drama Drácula. Augustus, que está en fase de montaje y del que se pudieron visionar unos diez minutos, tiene el empaque de las grandes producciones, y está interpretada por Peter OToole y Charlotte Rampling. El proyecto Imperium tiene previsto continuar con otros cinco títulos, todos ellos en formato de miniseries de dos capítulos dedicados a Nerón, Tito, Marco Aurelio, Constantino y la caída de Roma.
Para este proyecto y otro sobre la vida de la ex emperatriz de Persia Soraya, Lux Vide ha contado con la Eos Entertainment, la productora que ha fundado Jan Motjo, el que fuera mano derecha de Leo Kirch y consejero de Telecinco. Los derechos de Augustus para España los ha comprado precisamente esta cadena.
La misma Lux Vide ha comenzado a poner en marcha la miniserie Madre Teresa, cuyo casting se decide en estos días y que cuenta con guión de Francesco Scardamaglia y Massimo Cerofolini, que firmaron también el que sirvió de base a otra miniserie de gran éxito sobre Juan XXIII.
Aprovechamiento de filones experimentados
Por su parte, la RAI, junto con otras productoras, ha optado por la figura de un deportista muy popular en los años cincuenta, el ciclista Gino Bartali. También prepara una serie épica sobre Aníbal. Como continuación de un filón que la RAI descubrió hace ya años con su exitosa serie La Piovra, con Sicilia y la mafia como escenario se desarrolla el Comisario Montalbano, personaje creado por el escritor Andrea Camilleri. Por su parte Mediatrade, la distribuidora internacional del grupo Mediaset de Berlusconi, ofrece Francesco, una nueva versión de la vida del santo de Asís, realizada con un gran despliegue de producción.
La productora alemana Beta, otrora propiedad de Leo Kirch y hoy a la espera de nuevo dueño, ha continuado produciendo ficción. Ha presentado una comedia humorística, Manitous Shoe, una parodia del viejo Oeste; una miniserie de aventuras clásica, Robinson Crusoe, basada en la novela de Defoe, con Pierre Richard como protagonista, y una comedia romántica, buscando los escenarios caribeños, Cuba, mi amor.
Ficción anglosajona de calidad
Channel Four, el canal inglés que se hizo famoso por su estrecha colaboración con la industria del cine, ha presentado un catálogo de ficción en el que incorpora tanto series como TV-movies y miniseries: un esfuerzo de producción infrecuente. Destaca Shackleton, una miniserie sobre la expedición de Sir Ernest Shackleton al Polo Sur en 1914, y que concluyó con un espectacular rescate. Ha sido rodada en Londres, Buenos Aires y en el Ártico, bajo la dirección de Charles Sturridge, y cuenta como protagonista con Kenneth Branagh.
La excepción de la ausencia americana ha sido Halmark, que en el mercado internacional es sinónimo de calidad. La mayoría de sus producciones son miniseries, y como tal género suelen estar inspiradas en best sellers, tanto clásicos como modernos. Todas sus producciones mantienen una dignidad formal y estética irreprochables. Baste recordar Titanic, Los viajes de Gulliver, Moby Dick o La Ilíada.
Entre sus nuevas producciones anunciadas están Natalie Wood, Hollywoods Last Child, que reconstruye la vida de la joven intérprete de West Side Story o Esplendor en la hierba y su trágica muerte en circunstancias nunca aclaradas. Buscando el público joven ha realizado la miniserie sobre Las tortugas Ninja para la cadena ABC. Entre sus productos más clásicos destacan una nueva versión de la obra de Stevenson Doctor Jeckyll & Mr. Hyde, trasladada al Nueva York actual; Aztec sobre Moctezuma y los conquistadores españoles, con John Leguizano y Salma Hayek como protagonistas. O The Lion in Winter con Glenn Close y realizada por Andrei Konchalovsky. Y en fase de preproducción anuncian un nuevo remake de Las minas del Rey Salomón.
Reality shows, made in USA
En cuanto a otros géneros, la atonía continúa. El mercado de las telenovelas sigue en auge, si bien lo que se ofrece es más de lo mismo. Solo responde a modelos diferentes según los países de origen.
Hay que señalar la notable ausencia de productos realizados para niños, que en otros tiempos tenían especial relieve. Se presentaron dibujos animados y alguna que otra serie juvenil, pero sin la presencia tan activa que este material tenía otros años. Quizás la gran novedad tiene un aire de nostalgia: la vuelta de los Pitufos, con nuevas aventuras y un nuevo look.
Los formatos europeos tipo reality han conseguido poner pie en el mercado norteamericano. Las grandes cadenas, no contentas con las novedades importadas, se han lanzado a crear por sí mismas nuevos programas en esta línea. Se habla de una nueva ola de reality show y juegos populares. Los realities americanos The Bachelor, de la cadena ABC, y sobre todo Joe Millionaire, de la Fox, amenazan con desembarcar la próxima temporada en Europa. De este último se visionó parte de una de sus emisiones, en la que un obrero de la construcción, gracias a su participación en el programa, pasa del andamio a una vida llena de viajes, hoteles de lujo y comidas en los mejores restaurantes. Algo que recuerda aquellos programas radiofónicos que como Reina por un día pasaron a la televisión en los años sesenta y que ahora, arropados de modernidad, tratan de parecer novedosos.
Consumo y tendencias en 2002
Como ya viene siendo habitual en el MIPTV, la empresa Mediametrie, en colaboración con Eurodata World Wide, presentó los datos más sobresalientes de un extenso estudio sobre el consumo y tendencias televisuales en el año 2002. El estudio toma como base 600 canales de 72 países con un universo aproximado de 1.400 millones de telespectadores potenciales.
Según el estudio, la ficción televisiva constituye el género más apreciado, si bien el género de entretenimiento sufre una ligera baja a favor de los deportes en alza, fundamentalmente por el fútbol. Dos son los acontecimientos deportivos que marcaron el consumo en 2002: los Juegos Olímpicos de Salt Lake City y la Copa Mundial de Fútbol. Una consecuencia directa de esto es que en 23 países sobre 72 un programa deportivo aparece en el palmarés de los programas más vistos, cuando el año anterior solo ocurría esto en 13. Y no solo esto. Las retransmisiones deportivas consiguen los primeros puestos en detrimento del género rey, la ficción.
Europa Occidental aprecia los informativos
La encuesta considera como programas informativos a los noticiarios, magazines, divulgación política y determinados documentales que tratan sobre estos temas. En 14 ocasiones aparecen productos de este tipo en cabeza de los programas más vistos. Y es en los países de Europa occidental -sobre todo en Suiza, Austria, Finlandia y Alemania- donde son más apreciados.
Los programas conmemorativos de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos han alcanzado notables índices de audiencia en la mayoría de los países.
La ficción televisiva consigue un gran porcentaje de la oferta de las diversas parrillas de programación, bien sea de producción nacional o extranjera, fundamentalmente estadounidense. En muchas ocasiones alcanza casi el 60% de la oferta diaria de un canal convencional y representa más del 45% de las 10 mejores audiencias de los países consultados.
Las películas, un 30% de la ficción
Las películas siguen encontrando en la televisión un filón tan importante o más que las salas cinematográficas. Las películas representan el 30% del total de programas clasificados como ficción. Los más aficionados al cine televisivo son los sudamericanos.
Las películas americanas parecen ir perdiendo posiciones en los gustos de los telespectadores. Si en 2001 representaban el 90% de las películas que aparecían en el palmarés, en 2002 alcanzan el 60%. Esta disminución tiene su razón de ser en hechos como que Asia privilegia sus producciones nacionales y regionales. Interesante resulta ver cómo en India, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam, todos los films del palmarés son de origen nacional.
Como dato anecdótico cabe señalar que las tres películas más presentes en todas las listas de los diez programas más vistos son Titanic, Stuart Little y Solo en casa 3.
Concursos y nuevos formatosEl resumen del informe indica que algunos programas de los denominados specials (acontecimientos en directo que se producen una vez al año según un calendario establecido de antemano) representan el 28% de los programas más vistos. Dentro de este apartado se encuentran los concursos femeninos de belleza, las celebraciones de fin de año y el festival de Eurovisión, por el que ha renacido el interés en estos últimos años.
Entre los denominados nuevos formatos, el informe señala que, a pesar de un pequeño descenso, el concurso ¿Quiere ser millonario? continúa seduciendo a audiencias dispares en muchos países, fundamentalmente europeos.
En cuanto a Gran Hermano y sus secuelas, como Survivor, han conseguido lugares en parrillas de programación de nuevos países.
El año pasado ha sido el de la entronización de los programas musicales con retazos de reality. Algunos los han bautizado ya como reality soap y no como reality show. En este apartado se informa del gran éxito de algunos: Operación Triunfo en España; Star Academy en Francia; Popstars en Argentina, Colombia e Irlanda, y Pop Idol en el Reino Unido.
Ha habido un ligero crecimiento en el consumo televisual: de 3 horas y 21 minutos por habitante en 2001 a 3 horas y 24 minutos en 2002. Este aumento suele ser normal en aquellos años en los que se celebran acontecimientos deportivos en los que la televisión tiene un papel decisivo; en 2002 la Copa Mundial de Fútbol.
Los cinco países con mayor consumo televisivo son Bosnia, Japón, Estonia, EE.UU. y Hungría. Los telespectadores de 12 países de Europa Central y del Este están todos ellos por encima de la media mundial.
José Ángel Cortés Lahera