George F. Will comenta el fuerte aumento de nacimientos ilegítimos en Estados Unidos (The Washington Post, 2-XI-93).
Hace cincuenta años, en Estados Unidos el 5% de los nacimientos eran extramatrimoniales. Esto empezó a cambiar en los años 60. En 1970 se llegó al 10%. Desde entonces, el ascenso ha seguido una línea prácticamente recta: el porcentaje ha subido casi un punto al año durante 21 años.
Los norteamericanos usan la palabra «crisis» con tanta ligereza, que ha perdido su fuerza. Sin embargo, la verdadera crisis del país se puede mostrar con números, de la manera siguiente:
Nacimientos extramatrimoniales (%)AñoTotalBlancosNegros197010,75,637,5197514,37,346,8198017,810,255,5198522,014,560,1199028,020,165,2199129,521,867,9
Lo que hace alarmantes las estadísticas de natalidad es el ascenso ininterrumpido en el conjunto de la población. Lo que las hace aterradoras es que, en la población negra, el incremento sigue siendo continuo: es decir, no baja la tasa de aumento, ni siquiera ahora que la proporción ha alcanzado niveles extraordinariamente altos.
(…) Si continúa este ascenso, en el año 2016, en el conjunto de la población serán extramatrimoniales la mitad de los nacimientos. Naturalmente, las tendencias no son ineludibles. Sin embargo, el aumento de nacimientos ilegítimos es una tendencia que se refuerza a sí misma, a causa de los numerosos mecanismos por los que la pobreza se transmite de una generación a otra. El principal es éste: cada uno tiende a criar hijos tal como fue criado.
(…) Los hijos de mujeres solteras tienen muchas posibilidades de ser pobres. Y la pobreza, con los males que la acompañan -ignorancia, abandono de la escuela, violencia doméstica y callejera, drogas, desempleo- es enemiga de la salud.
[A continuación, Will explica que la elevada mortalidad infantil en Estados Unidos se debe en gran parte a los nacimientos ilegítimos: en su mayoría, las madres solteras son muy jóvenes, por lo que a menudo dan a luz niños prematuros. Además, en muchos casos los hijos ilegítimos no son vacunados a tiempo por negligencia de sus padres. Will concluye:] La elevada mortalidad infantil y la baja tasa de vacunación son no tanto problemas de atención sanitaria cuanto problemas de comportamiento, aunque la clase política (…) se resista a reconocerlo. (…) [Según] el Dr. Reynolds Farley, de la Universidad de Michigan, «por un cambio de actitudes, nuestras normas sociales ya no consideran censurable que una madre soltera tenga un hijo».
(…) Hoy, para muchos hay algo de anacrónico en la expresión «hijo ilegítimo». Les resulta malsonante porque supone un juicio de valor. Pero tal vez no haya más remedio que resucitar los juicios de valor que hay detrás de ese término si se quiere detener el ascenso que reflejan las estadísticas.