Como era previsible, la beatificación de Josemaría Escrivá de Balaguer ha producido un notable incremento en las publicaciones sobre su figura, tanto desde el punto de vista biográfico como respecto a su influjo en la espiritualidad de nuestro tiempo. Reseñamos en este servicio cinco libros, que aportan nuevos datos y reflexiones sobre el Opus Dei y su Fundador.
Entrevista sobre el Fundador del Opus Dei.Una vida para DiosAlvaro del Portillo
El primer libro (1), de inminente aparición en castellano, está constituido por una extensa entrevista a Mons. Alvaro del Portillo, realizada por el escritor italiano Cesare Cavalleri, sobre el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. En esta obra aparece patente cómo el actual Obispo Prelado del Opus Dei es un hijo fiel que durante cuarenta años ha convivido con el Beato Josemaría. El libro es fruto de la sintonía humana y sobrenatural del autor con Mons. Escrivá, de su cariño filial y de acoger las enseñanzas del Fundador y llevarlas a la práctica. Así el autor logra una honda y veraz sencillez al explicar aquello de lo que ha sido testigo, ha amado y ha vivido.
La riqueza de contenido que Mons. Alvaro del Portillo consigue en este libro y en el otro suyo titulado Una vida para Dios (2) -recopilación sistemática de escritos, discursos y homilías- hace que estas dos obras sean -de las muchas publicadas- las que mejor describen la figura del Beato Josemaría. Es lógico pensar además que así ocurrirá para siempre, pues nadie volverá a tener como el autor tal grado de convivencia y consonancia de espíritu con el Fundador del Opus Dei.
La vida de una persona santa es la máxima obra de arte. En ella las virtudes forman una unidad basada en el amor sacrificado y alegre a Dios y a los hombres. Ante esa plenitud se pueden mostrar facetas parciales, pero es casi imposible describir su humanidad y su visión sobrenatural tan maravillosamente engarzadas.
Ahora bien, en estos dos libros, Mons. Alvaro del Portillo consigue que la figura del Beato Josemaría se manifieste en toda su plenitud y en el ambiente que creaba a su alrededor. Y alcanza este objetivo por el único camino posible: la sencilla veracidad con que revive la convivencia con su amado Padre hace que se vea muy cercano al Fundador del Opus Dei, que esté presente, que aparezca a lo vivo en estas páginas.
Así, sin necesidad de glosas, muestra la unidad de vida del Beato Josemaría: un detalle familiar, el horario y las costumbres diarias, su oración constante, el amor apasionado por la Iglesia, un hecho histórico de trascendencia, la reacción en determinada circunstancia…, los múltiples sucedidos que va narrando el autor en la entrevista, diseñan la figura precisa y coherente de Mons. Escrivá.
La cordialidad gozosa de un santo
Como no es posible comentar los múltiples asuntos que los libros contienen, se puede destacar uno que Mons. Alvaro del Portillo trata siempre con una maestría especial: la personalidad del Beato Josemaría.
Explica la dificultad de distinguir en el Fundador del Opus Dei las cualidades humanas de su carácter y las que eran consecuencia de su fidelidad a la gracia divina. Y matiza que ha dicho intencionadamente distinguir, y no separar, porque uno de los rasgos fundamentales de su personalidad era la unidad de vida, la completa compenetración entre los aspectos humanos, apostólicos y ascéticos de su existencia.
En Una vida para Dios, Mons. Alvaro del Portillo habla muchas veces de la cordialidad del Beato Josemaría, de cómo acompañaba a todos «con su palabra, con su cariño, con su mirada inolvidable, con su sonrisa, con su fortaleza». Y también dice: «Su presencia era fiesta»… Así: «era fiesta». ¡Qué gran verdad! Somos muchos, gracias a Dios, los que hemos comprobado -y no es una metáfora- cómo cuando entraba en la habitación en donde nos encontrábamos, su mirada y su sonrisa iluminaban el lugar. Aquel saludo familiar, lleno de gozo y dicho con su voz amable y bien timbrada, es inolvidable, porque creaba de inmediato el ambiente de júbilo y paz en el alma.
«Su presencia era fiesta. Pero una fiesta -continúa diciendo- que traía como fondo el ritmo y la luz de las obras de Dios, y no sólo el color del acto brillante». Aquella alegría y sencillez y naturalidad, tan suyas, conseguían que nadie pudiera sentirse temeroso o cohibido ante él. Al estar con el Beato Josemaría uno era consciente de que convivía con un santo y se le respetaba, y a la vez uno se sentía inmensamente feliz, familiarmente feliz. Y así conducía suavemente a la lucha por la santidad, con su ejemplo, sus palabras y su alegría, como muestran con tanta hondura las páginas de estos libros.
Federico DelclauxEl Opus Dei en la IglesiaPedro Rodríguez, Fernando Ocáriz, José Luis Illanes
Cuando en 1989 Amadeo de Fuenmayor, Valentín Gómez-Iglesias y José Luis Illanes publicaron su extenso estudio sobre El itinerario jurídico del Opus Dei (ver servicio 77/89), describían brevemente el carisma fundacional y la peculiaridad del fenómeno pastoral y apostólico antes de relatar la historia de su defensa en el ámbito canónico. El libro que aparece ahora (3) ofrece un desarrollo teológico de aquella sumaria descripción de la quintaesencia del Opus Dei.
A mi entender, se trata de una aportación teológica de gran magnitud. En el prólogo, Mons. Alvaro del Portillo, tras evocar el amor apasionado del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer a la Iglesia, recuerda el criterio de interpretación que solía aplicar a la historia de la Iglesia y de sus instituciones: «Primero es la vida, el fenómeno pastoral vivido. Después, la norma, que suele nacer de la costumbre. Finalmente, la teoría teológica, que se desarrolla con el fenómeno vivido».
Hasta la fecha, efectivamente, se habían publicado ya muchos estudios teológicos sobre aspectos del Opus Dei. No puedo olvidar, además de los del propio Alvaro del Portillo, aquel ensayo de Pedro Rodríguez sobre Camino, aparecido en 1965 en la revista Teología espiritual, o la clásica monografía de José Luis Illanes, sobre La santificación del trabajo, cuya primera edición data de 1966, ni el volumen extraordinario y monográfico de Scripta Theologica con ocasión del 50º aniversario del Opus Dei.
Ahora los autores escriben desde una perspectiva eclesiológica. Es momento oportuno para este pensar teológico porque, a las grandes aportaciones del Concilio Vaticano II sobre el misterio de la Iglesia -inspiradoras lógicamente de la nueva legislación canónica-, se ha añadido la configuración del Opus Dei como Prelatura personal y, en fin, la beatificación de su Fundador: son los cimientos firmes sobre los que los autores construyen su reflexión intelectual sobre vidas y compromisos apostólicos presentes en todo el mundo.
Pedro Rodríguez analiza la realidad eclesiológica del Opus Dei, apoyándose en categorías generales, como la concatenación de sacerdocio común y ministerial, o la implicación entre comunidad y estructura en la Iglesia, con su radical repercusión en la naturaleza de las Iglesias particulares. El autor se refiere a la inserción de la Prelatura personal del Opus Dei en la Iglesia subrayando su carácter analógico respecto de las Iglesias particulares, indispensable para entender la realidad profunda de su significado, lejos de oposiciones dialécticas.
Fernando Ocáriz incide también en ese modo teológico de pensar desde la analogía, no desde la contraposición, para exponer cómo la vocación al Opus Dei no se define por elementos negativos, sino que es despliegue eclesial de la llamada universal a la santidad y al apostolado que todos los fieles reciben con el Bautismo. Con esa perspectiva, se puede comprender también mejor que, en la Prelatura del Opus Dei, haya unidad de vocación y diversidad de miembros (de las más variadas profesiones y condiciones sociales, hombres y mujeres, laicos y sacerdotes).
José Luis Illanes aporta una espléndida y no menos armónica explicación del carácter secular propio de la vida, del espíritu y del apostolado de los miembros del Opus Dei: trasciende los elementos meramente sociológicos, para esbozar la secularidad como auténtica, y nueva, categoría teológica: una específica forma cristiana de existir en medio del mundo, que de ningún modo consiste en camuflajes o adaptaciones, como tampoco en laicismos encubiertos o neutrales.
Una última consideración práctica: constituye un acierto editorial haber incluido, como apéndices del libro, dos fuentes esenciales: el documento pontificio que erigió el Opus Dei en Prelatura, y sus Estatutos. Permiten contrastar las afirmaciones de los autores -basadas casi siempre en esos textos, así como en otros del Magisterio de la Iglesia o del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer-, y facilitan la posibilidad de proseguir la reflexión teológica personal.
Salvador BernalSantos en el mundoCornelio Fabro, Salvatore Garofalo, Maria Adelaide Raschini
En 1992, tres profesores italianos -Cornelio Fabro (filósofo y teólogo), Salvatore Garofalo (escriturista) y Maria Adelaide Raschini (antropóloga)- ofrecieron al público de habla italiana esta obra que ahora se presenta en castellano (4), con una introducción del teólogo español Antonio Aranda.
Como se indica con toda claridad en el subtítulo, se trata de un estudio sobre los escritos del nuevo Beato; pero en esta ocasión -cosa poco frecuente- es más explícito el título que el subtítulo: el núcleo común a todos los escritos de Josemaría Escrivá de Balaguer fue precisamente su empeño por conseguir que los cristianos queramos ser santos en el mundo, en medio de la calle, en cualquier circunstancia; empeño, por otra parte, que fue respuesta a un explícito querer divino.
Tanto Fabro como Garofalo tienen como objeto de sus estudios la totalidad de las obras de Escrivá, si bien cada uno hace hincapié en los aspectos más afines a su respectiva especialidad. Cornelio Fabro subraya la actualidad eclesial del mensaje. No duda en reconocer en el Beato Escrivá «el temple de un Padre de la Iglesia», por la profundidad de su pensamiento, por la fuerza de su exposición, y por la claridad incisiva de su estilo: «Sus escritos (…) constituyen por sí mismos un tesoro precioso, entre los más altos y fecundos para la Iglesia de Dios. Su doctrina tiene tal vigor que, aunque no se hubiese plasmado en la realidad eclesial del Opus Dei, podría decirse que ha abierto una nueva época para la Iglesia».
Salvatore Garofalo -que fue secretario de la Comisión Pontificia para la Neo Vulgata- destaca por encima de todo el entronque de los escritos de Josemaría Escrivá -explícita o implícitamente- con la inagotable y siempre fecunda fuente del Evangelio: «Mons. Escrivá ‘entra’ y ‘hace entrar’ en el Evangelio, que adquiere así su necesaria y convincente dimensión formativa al tiempo que introduce al conocimiento del misterio de Cristo y a la comunión con Él».
A diferencia de Fabro y Garofalo, Maria Adelaide Raschini, profesora de Antropología en la Universidad de Turín, centra su estudio en una sola de las obras de Escrivá: Surco; y lo hace así por ser un libro de espiritualidad centrado en el conocimiento y práctica de las virtudes humanas. El hombre que se dibuja con perfiles claros es fruto de un proceso de formación en el que intervienen -cada una en su sitio- la naturaleza y la gracia. Se edifica con la actividad que procede de una fuerte voluntad ungida por una auténtica esperanza y lleva al ejercicio de las virtudes humanas. Y llega, finalmente, a su acabado cumplimiento mediante una militancia que conjuga la libertad responsable con una inquebrantable fidelidad.
Josemaría RevueltaSanta María en los escritos del Beato Josemaría Escrivá de BalaguerFederico Delclaux
El autor de este libro (5) es bien conocido de un amplio público, sobre todo por sus escritos mariológicos, en los que sabe unir el buen hacer del estudioso y el buen gusto del artista. Baste recordar obras como Santa María Reina, Vida y gracia de la Virgen María o Imágenes de la Virgen en los códices medievales de España. En su última obra, Delclaux aborda la presencia de Santa María en la vida y escritos de un autor que le es particularmente querido: el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Esto quiere decir que nos encontramos ante un trabajo en el que las características mencionadas se encuentran presentes, y en el que todo ha sido especialmente cuidado. Este libro, explica el autor, «podría compararse a la labor de un joyero que realiza una obra con piedras preciosas y sabe que en ocasiones es conveniente separarlas, para que no entrecrucen sus fulgores, y otras las reúne en un aderezo porque sus brillos conforman una misma armonía. Sea como sea, el que realiza el trabajo es consciente de que lo que tiene menos valor es el material que las engarza».
El engarce es lo que tiene menos valor, pero indiscutiblemente no carece de importancia. Y, en este sentido, es de justicia señalar que Federico Delclaux ha sabido enlazar armónicamente la gran riqueza de pensamiento y piedad mariana existente en el Beato Escrivá de Balaguer, presentándola al lector en un esquema holgado -sin que el orden seguido fuerce a los textos- y sin comentarios innecesarios. Delclaux dice sencillamente lo imprescindible, cuidando de quedar en segundo plano para que las palabras de Mons. Escrivá de Balaguer ocupen el lugar destacado.
Tras un capítulo dedicado a la devoción de Mons. Escrivá de Balaguer a la Virgen, ampliamente documentado, Delclaux divide el libro en los siguientes apartados: «Hija predilecta de Dios Padre»; «Madre de Dios Hijo»; «La Virgen y el Espíritu Santo»; «Nuestra Madre nos lleva al trato íntimo con la Trinidad»; «Santificar el deber cotidiano como hizo la Virgen»; «En el dolor acudir e imitar a María»; «La alegría de ser hijos de la Santísima Virgen».
Este esquema permite resaltar la profundidad de la doctrina y la vitalidad y lozanía de la piedad. Así se nota particularmente a la hora de hablar de la maternidad de Santa María, de su relación con el Espíritu Santo, de cómo la piedad mariana nos lleva a apreciar el valor divino de la vida ordinaria y llena el alma de gozo y de paz. Maternidad de la Virgen y alegría, en efecto, son realidades que se encuentran constantemente presentes en estas páginas, constituyendo como su hilo conductor. Se trata de una obra que refleja la profunda visión del Beato Josemaría acerca de la maternidad espiritual de Nuestra Señora, y acerca también de la plenitud de la vida cristiana, con la novedad de que predicó esta doctrina con alma sacerdotal y mentalidad laical, dirigiéndose a todos los hombres para impulsarles a ser santos en medio del mundo.
Lucas F. Mateo Seco_________________________(1) Alvaro del Portillo. Entrevista sobre el Fundador del Opus Dei. Realizada por Cesare Cavalleri. Rialp. Madrid (1993). 256 págs. 1.895 ptas. (Intervista sul Fondatore dell’Opus Dei, Ares, Milán, 1992).(2) Alvaro del Portillo. Una vida para Dios. Reflexiones en torno a la figura de Mons. Escrivá de Balaguer. Rialp. Madrid (1992). 304 págs. 2.300 ptas.(3) Pedro Rodríguez, Fernando Ocáriz, José Luis Illanes. El Opus Dei en la Iglesia. Introducción eclesiológica a la vida y el apostolado del Opus Dei. Prólogo de Mons. Alvaro del Portillo. Rialp. Madrid (1993). 352 págs. 2.200 ptas.(4) Cornelio Fabro, Salvatore Garofalo, Maria Adelaide Raschini. Santos en el mundo. Estudios sobre los escritos del Beato Josemaría Escrivá. Rialp. Madrid (1993). 224 págs. 1.700 ptas. (Santi nel mondo. Studi sugli scritti del Beato Josemaría Escrivá, Ares, Milán, 1992).(5) Federico Delclaux. Santa María en los escritos del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Rialp. Madrid (1992). 224 págs. 1.800 ptas.