Breves notas sobre algunas películas que se estrenan el 1 de abril.
El inventor de juegos
The Games Maker
Director: Juan Pablo Buscarini. Guion: Juan Pablo Buscarini y Pablo De Santis, basado en la novela de Pablo De Santis. Intérpretes: David Mazouz, Tom Cavanagh, Valentina Lodovini, Joseph Fiennes, Edward Asner, Alejandro Awada, Megan Charpentier, Robert Verlaque, Vando Villamil. 111 min. Todos-jóvenes.
Iván Drago es un chaval inteligente e imaginativo, al que le entusiasman los juegos de mesa, pero cuyo padre le obliga a practicar todo tipo de deportes al aire libre. Hasta que un día gana un misterioso concurso de invención de juegos, por lo que recibe un sello de la Compañía de los Juegos Profundos.
En su cuarta película tras la cámara, el productor, guionista y director argentino Juan Pablo Buscarini adapta la popular novela de su compatriota Pablo De Santis con un notable reparto internacional y un elogiable despliegue de escenarios y decorados sugerentes, algunos de ellos resueltos con espectaculares efectos digitales. Ciertamente, su guion es algo acumulativo y confuso —lo que limita la eficacia del filme entre el público adulto—; pero logra su objetivo de encandilar a niños y preadolescentes con una fantasía amable, cercana a la saga de Harry Potter, también en su elogio de la lectura y de los juegos que potencien la inteligencia de los participantes.
Hitchcock/Truffaut
Director: Kent Jones. Guion: Kent Jones y Serge Toubiana. Documental. Intervienen: Alfred Hitchcock, François Truffaut, David Fincher, Martin Scorsese, Wes Anderson, Richard Linklater, James Gray, Olivier Assayas, Kiyoshi Kurosawa. 80 min. Jóvenes.
Desde la primera edición, de 1967, El cine según Hitchcock se convirtió en libro de cabecera de todos los cinéfilos y en uno de los puntales de la consolidación del director como principal autor fílmico, frente a las diversas doctrinas que enfocaban el cine como “un arte compartido”. La obra transcribía de modo exhaustivo la larga conversación de varios días que mantuvieron el ya veterano cineasta inglés Alfred Hitchcock —consagrado como “mago del suspense”— y el joven director francés François Truffaut, abanderado de la nouvelle vague y el cine de autor. Ahora, 50 años más tarde, se estrena Hitchcock/Truffaut, excelente documental del estadounidense Kent Jones (Val Lewton: El hombre en la sombra, A Letter to Elia), centrado en la elaboración, difusión e influencia de esa obra.
Con una agilidad y sustancialidad sorprendentes, Jones hilvana fragmentos fílmicos, fotográficos y sonoros de aquellas conversaciones con sabrosos comentarios de destacados cineastas actuales, como Martin Scorsese, Peter Bogdanovich, David Fincher, Paul Schrader, Richard Linklater, Wes Anderson, James Gray, Olivier Assayas, Arnaud Desplechin, Kiyoshi Kurosawa… Todo ello, ilustrado con fragmentos de las películas de Hitchcock comentadas y de otras de Truffaut en las que se aprecia su profunda admiración por el cineasta inglés. El resultado es un antológico homenaje al séptimo arte y al periodismo especializado, sentido y profundo a la vez, de esos que crean afición.
Madame Marguerite
Marguerite
Director: Xavier Giannoli. Guion: Xavier Giannoli y Marcia Romano. Intérpretes: Catherine Frot, Christa Théret, André Marcon, Michel Fau, Sylvain Dieuaide, Aubert Fenoy. 127 min. Jóvenes. (S)
París, años 20 del siglo pasado. La rica, melómana y altruista baronesa Marguerite Dumont canta fatal, pero nadie se atreve a decírselo. Así que ella organiza numerosas veladas benéficas, que culminan siempre con su patética actuación estelar, en la que destroza alguna aria famosa. Hasta que un día decide debutar a lo grande en la Ópera de París.
Cuesta creer que se inspire en hechos reales esta tragicomedia del francés Xavier Giannoli, pues su principal lastre es precisamente la falta de verosimilitud de su guion, sustentado en situaciones cómicas tan ridículas que acaban resultado trágicas. El conjunto se salva gracias al apabullante despliegue interpretativo de Catherine Frot —galardonado con el Premio César 2015—, que introduce un hábil matiz sarcástico en la infantil ingenuidad de Marguerite. Menos entidad tienen las tramas secundarias, centradas en criticar la hipócrita y frívola sociedad de la época, recreada a través de unos esmerados trabajos de fotografía, sonido, ambientación y vestuario, los tres últimos premiados también con un César.