Breves notas sobre algunas películas que se estrenan el 8 de abril.
Nada que declarar
Rien à déclarer
Director y guionista: Dany Boon. Intérpretes: Danny Boon, Benoît Poelvoorde, Karin Virad, François Damiens. 105 min. Jóvenes. (Bienvenidos al Norte, una cinta que batió records de taquilla y que ya ha visto su versión mediterránea (Bienvenidos al Sur). En Nada que declarar continúa explotando el género: ahora se trata de contar la enemistad entre franceses y belgas en un pueblo fronterizo que tiene sus días contados por la llegada de la eurozona. La fórmula funciona aunque se acusa cierto desgaste; hay gags conseguidos y otros más sosos. El histrionismo de uno de los personajes resulta algo cargante, pero el resultado es una película divertida sin excesivas pretensiones. Ana Sánchez de la Nieta.
Sin límites
LimitlessDirector: Neil Burger. Guión: Leslie Dixon. Intérpretes: Bradley Cooper, Abbie Cornish, Robert De Niro. 105 min. Adultos. (XD)
El director de El ilusionista adapta una novela sobre un desastre de hombre, escritor fracasado, que al tomar una droga se convierte en un genio, políglota, luchador invencible, analista, ligón, etc., etc. Los intentos por hacer una fábula de ciencia-ficción mezclada con un thriller no funcionan, tampoco con la presencia de un Robert de Niro en horas bajas, muy bajas. Cuando se estrenó en Estados Unidos lideró la taquilla, algo que indica que este tipo de argumento sigue seduciendo al público juvenil. La realización es pobre y el guión tiene un nudo verdaderamente aburrido. Alberto Fijo.
Soy el número 4
I Am Number FourDirector: D.J. Caruso. Guión: Alfred Gough, Miles Millar, Marti Noxon. Intérpretes: Alex Pettyffer, Timothy Olyphant, Dianna Agron. 109 min. Jóvenes.
Soy el número cuatro se inspira en Terminator y en diez o doce películas más, y trata de unos marcianos que vienen a cazar a otros marcianos que se han refugiado en la Tierra. Es ese tipo de novela que sale del cine y acaba convirtiéndose en cine. La nueva película del director de La conspiración del pánico no es nada original pero como adaptación de una novela para adolescentes publicada en 2010 con vocación de saga me parece más divertida que Crepúsculo. Lógicamente, hay love story de instituto, persecuciones y efectos especiales, y malos con unos tatuajes que ya están muy vistos. Y poco más. Para adolescentes que quieran pasar el rato con el cerebro desenchufado y sean poco exigentes. El protagonista es aquel chico rubio de Alex Rider: Operación Stormbraker, una cinta también juvenil que tenía su gracia. Más que esta. Alberto Fijo.