La idea de una renta básica (RB) para todos, no condicionada al nivel de ingresos ni a la situación de empleo, atrae por su sencillez y universalidad. Pero una RB de un nivel significativo sería costosa y tendría ganadores y perdedores. Un estudio que acaba de publicar la OCDE hace una previsión de lo que supondría la implantación de la RB y la aplica a cuatro países con diferentes sistemas de protección social (Finlandia, Francia, Italia y Reino Unido).
La especulación de los expertos de la OCDE concibe una RB que se daría a todos los adultos en edad activa (hasta los 65 años) y a los menores de 18 años, aunque el importe de la RB de estos sería inferior. Deja al margen, pues, a los jubilados, que seguirían recibiendo su pensión.
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