Retirar la política de prejubilaciones

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Desde los años 70, el aumento del paro ha llevado a los poderes públicos, con el acuerdo de la gran industria y los sindicatos, a estimular las jubilaciones anticipadas. Primero la medida se aplicó en los sectores en crisis, después en las privatizaciones y, por último, ha sido una consecuencia frecuente de las fusiones. Pero ahora los gobiernos están preocupados por la solvencia de los sistemas de pensiones y además empieza a haber escasez de trabajadores cualificados. Así que la Agenda Social Europea, recién aprobada en Niza, parece decidida a terminar con esta práctica y a fomentar la prolongación de la vida laboral.
En 1998 los ministros de los 29 países miembros de la OCDE y del G-7 solicitaron un informe sobre las políticas dirigidas al mantenimiento de la prosperidad en una sociedad envejecida. Dos años después, los resultados de ese estudio -Reforms for an Ageing Society- no dejan lugar a dudas en este aspecto. Una característica común de los 29 países miembros de la Organización es la fuerte caída de la participación laboral de los trabajadores mayores de 55 años. En España, en 1970 trabajaban 8 de cada 10 varones con edades comprendidas entre los 60 y los 64 años, mientras que en 1994 esa proporción había bajado a 4 de cada 10.

Los profesores J. Ignacio Conde y Vicenzo Galasso, en un reciente artículo de análisis (Expansión, 5-XII-2000), se preguntan por las perspectivas de futuro y señalan que «en la actualidad, los problemas financieros de los sistemas de pensiones no provienen únicamente de la jubilación anticipada, sino también del envejecimiento de la población. Y es precisamente ese shock demográfico el que puede romper la coalición que sostiene la jubilación anticipada. Si los trabajadores más jóvenes ven amenazado el sistema, pueden dejar de apoyar un programa que no van a poder disfrutar en el futuro. En algunos países -señalan los autores- como Alemania, España o Italia, se está empezando a debatir la posibilidad de aumentar la edad de jubilación e incluso de eliminar los programas de jubilación anticipada tan generosos».

Es verdad que muchos prejubilados contra su voluntad consideran que han salido perdiendo en todos los aspectos. Por eso se muestran críticos con los sindicatos, por considerarlos cómplices de las políticas públicas y privadas para reducir personal. «La prejubilación -dicen- no es una jubilación anticipada sino un despido encubierto».

¿Qué pasará en 2020?

Según los datos citados por el secretario general de empleo español, Juan Chozas, los pensionistas eran 4,5 millones en julio de 2000, manteniéndose un incremento anual del 1%. Si tenemos en cuenta que actualmente hay 2,3 cotizantes por cada jubilado, se entiende que los expertos vaticinen problemas de solvencia para el actual modelo en el año 2020, cuando la proporción estaría en torno a 1,9 activos por pensionista.

También hay que tener en cuenta que entre los años 2005 y 2010 empezarán a jubilarse en toda Europa las pletóricas generaciones del baby boom de postguerra. En el caso español, el descenso de la natalidad en el período de la guerra civil y los años inmediatamente posteriores ha ralentizado en más de un 50% el aumento de jubilados en los últimos 4 años; pero se avecina un buen número de sexagenarios en torno a 2020, con una esperanza de vida superior a la de generaciones anteriores (el año con más bebés fue 1966, con 688.704 nacimientos).

Europa reforma los sistemas de pensiones

Ante esta evolución demográfica, varios países europeos han empezado a revisar los sistemas de pensiones.

Francia tiene la edad -60 años- más baja de la Unión Europea (UE) para retirarse con el 100% de la pensión, a condición de haber cotizado al menos 40 años (37,5 los funcionarios). La patronal Medef, la más importante del país, ha propuesto elevar a 45 los años cotizados para tener derecho al 100% de la pensión, provocando el rechazo de los sindicatos. Pero la negociación sigue abierta.

En Alemania se acaba de aprobar una ambiciosa reforma del sistema público de pensiones que por primera vez se complementará con aportaciones a planes privados de pensiones. El Bundestag acaba de establecer la garantía de que las pensiones no bajarán del 67% del último salario neto (para los trabajadores que hayan cotizado 45 años). Se da la circunstancia de que las múltiples posibilidades de retiro anticipado han conducido a que los alemanes dejen de trabajar como media a los 60,1 años.

El gobierno británico pretende equiparar en el año 2010 a hombres y mujeres en la edad de jubilación (65 años). Hasta ahora las mujeres tenían fijada la edad de jubilación en 60 años. En el Reino Unido no existe la jubilación anticipada con cargo a fondos públicos y el Estado incentiva la prolongación de la vida laboral. El caso italiano, con elecciones en el próximo mes de abril, es en materia de pensiones uno de los más complejos de Europa, con un gasto en pensiones (14,2% del PIB) solo superado por Austria (14,5%). Italia se ha caracterizado por una gran flexibilidad en las condiciones para acceder a pensiones de jubilación y a planes de prejubilación, condiciones que en los últimos años se han ido endureciendo.

La reforma de las pensiones en Suecia

Los suecos pueden dar algunas pistas, pues en junio de 1998 reformaron en esta línea su sistema de pensiones. El principio básico de la reforma que entró en vigor en 1999 es que las futuras pensiones se basarán en todas las cantidades a cuenta de la jubilación desembolsadas desde los 16 años. En otras palabras, en Suecia, las aportaciones realizadas durante toda la vida laboral serán devueltas al interesado a partir del retiro.

Se trata de un sistema diseñado para asegurar que los pensionistas no dependan de los ingresos de una sola fuente. La pensión de jubilación en Suecia se basa en dos partes. De las cotizaciones del trabajador (18,5% de sus ingresos anuales), 16 puntos alimentan un régimen de reparto y 2,5 puntos se depositan en una cuenta individual de un fondo de pensiones y se invierte. Además, hay regímenes complementarios financiados por planes de pensiones privados y convenios colectivos. La reforma establece que la pensión podrá cobrarse a partir de los 61 años, con una edad de jubilación flexible y sin límite superior. Los pensionistas suecos tendrán una gran discrecionalidad a la hora de cobrar su pensión, pudiendo optar por cobrar la pensión completa o bien una parte (la mitad, un tercio o tres cuartos). También será compatible con un salario, de modo que estos ingresos después del retiro generan derechos y complementan la pensión. Esta reglamentación supondrá un incentivo para que los pensionistas sigan trabajando.

Al final no habrá más remedio que retirar la política de prejubilaciones.

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