Una vez retirada su candidatura a comisario europeo, Rocco Buttiglione proclama sin medias tintas que ha sido víctima de un complot político en el Parlamento Europeo, que ha desfigurado sus palabras. «Cortando de aquí y cosiendo de allí han puesto en mi boca cosas que no he dicho». En una entrevista concedida al diario español «El Mundo» (5-10-2004), el ministro italiano de Asuntos Europeos aclara de nuevo su postura.
Frente a la acusación de «homofobia», Buttiglione aclara su postura sobre la homosexualidad. «La doctrina católica recogida en el catecismo dice que la homosexualidad es un desorden moral objetivo. No es un pecado, porque para ello es necesario que se produzca una predisposición subjetiva, es decir, que la persona sea responsable de sus actos y de su voluntad. Lo que yo como católico no podía decir es que la homosexualidad es algo que me parece muy bien». Y a continuación aclara que no pretende imponer sus convicciones morales a nadie. «Una cosa es el juicio moral y otra el juicio político. Yo como político jamás discriminaría a nadie, incluidos los homosexuales, y por el mismo motivo me gustaría no ser discriminado».
El entrevistador le pregunta si, dada su condición de católico, no habría sido inevitable que se produjera un choque entre su pensamiento moral y su actuación política, por ejemplo, si el Parlamento Europeo aprobara permitir el matrimonio a los homosexuales. Buttiglione advierte que no es competencia del Parlamento actual aprobar una ley de esas características. Pero en caso de conflicto entre el deber político y la conciencia la solución sería dimitir: «Mi fe me impide hacer determinadas cosas, pero al mismo tiempo me dice que no puedo traicionar el mandato del pueblo que me ha elegido. Si el pueblo soberano quiere que yo haga algo que va contra mi fe, me vería obligado a dimitir». Existiría también la posibilidad de una dimisión temporal, ligada al caso motivo de conflicto. «Es así como una sociedad liberal se muestra respetuosa con la libertad, como afronta el conflicto de conciencia».
Además, la posibilidad de un conflicto de conciencia en la actuación política no es algo peculiar de un político católico: «Creo que es ofensivo, sobre todo para los no cristianos, pensar que ellos no tienen una conciencia y que por tanto no pueden tener conflictos de conciencia. ¿Acaso queremos que Europa se quede en manos de políticos sin conciencia?», se pregunta el profesor italiano.
Preguntado por el resultado de las elecciones norteamericanas, Buttiglione respondió: «En una sociedad muy secularizada como es la norteamericana, se observa desde hace tiempo una nueva posición cultural mayoritaria que da gran valor a las cuestiones éticas en política y que demanda que los políticos defiendan valores. El fenómeno es interesante porque EE.UU. es el país más moderno del mundo, lo que echa por tierra la creencia de que la modernidad va acompañada de una progresiva descristianización. El Parlamento Europeo probablemente habría vetado el nombramiento de Bush como comisario. Pero creo que también habría vetado a Kerry», bromeó Buttiglione.
En cuanto a sus palabras sobre el matrimonio y la mujer, Buttiglione señala que «me limité a explicar etimológicamente el significado de la palabra matrimonio, término que hace alusión a la protección y sustento de la madre». Pero afirma que «el gran reto de Europa es hacer políticas que permitan a las mujeres compaginar el trabajo profesional con su derecho a ser madres».