Barack Obama ha lamentado públicamente la sentencia dictada el 21 de enero por el Tribunal Supremo de Estados Unidos, que ha levantado las limitaciones a la financiación de campañas políticas por parte de empresas y entidades. Por la mínima mayoría, los jueces han dictaminado que la ley anulada (de 1907 en su forma original) es contraria a la libertad de expresión. En cambio, para el presidente, el Supremo “ha dado luz verde a una nueva oleada de dinero a favor de intereses particulares en nuestra política”. Es un regalo, dice, a las grandes empresas y grupos de presión, que tendrán más facilidades para “ahogar la voz de los americanos corrientes”.
Sin embargo, la inesperada victoria, dos días antes, del republicano Scott Brown en un feudo …
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