En una entrevista concedida al Wall Street Journal, la veterana feminista Camille Paglia critica la tendencia actual a feminizar la enseñanza. A su juicio, este error viene del feminismo de género, al que reprocha su irracional hostilidad hacia el varón y su empeño por negar las diferencias naturales entre mujeres y hombres.
Paglia, lesbiana de 66 años, se dio a conocer a principios de los noventa con un libro sobre teoría cultural. Discípula de Harold Bloom y profesora de humanidades en la Universidad de las Artes de Filadelfia, pronto llamó la atención de los medios estadounidenses por sus ideas libertarias. Pero el establishment feminista se desencantó con ella cuando comprobó que no venía en son de guerra contra los hombres.
Paglia cree que la corriente dominante dentro del feminismo contemporáneo ha logrado que cale la idea de que los hombres son unos brutos. De ahí que muchos pedagogos y profesores consideren como objetivo principal de la enseñanza –desde la guardería hasta la universidad– liberar a los hombres del peligro de la masculinidad.
Un ejemplo es la tendencia a recortar los tiempos de recreo, donde los alumnos –sobre todo los chicos– se explayan y descargan adrenalina. Coincide con Christina Hoff Sommers en que la escuela está creando “un ambiente tóxico para los niños”, a los que se intenta inculcar a toda costa valores femeninos. “La educación primaria hace todo lo que está en su mano para convertir en asexuados a los chicos”.
Tampoco la universidad se libra de lo políticamente correcto. “La teoría de género que hoy se imparte en la universidad es bastante antimasculina y se limita a neutralizar la masculinidad”, dice Paglia. El resultado es un montón de hombres asustadizos, que no se atreven a decir lo que piensan.
Paglia, que presume de haber desobedecido todas las reglas del férreo código de género impuesto por sus colegas, concluye pidiendo a mujeres y a hombres que reconozcan el distinto papel que la biología desempeña en ambos sexos.