Amsterdam.-La política de ayuda a adictos a drogas duras en Amsterdam ha logrado resultados médicos positivos, pero las secuelas sociales siguen siendo las mismas: en suma, los toxicómanos viven más tiempo, la criminalidad no disminuye. La buena atención de médicos de cabecera y hospitales ha elevado la esperanza de vida de los heroinómanos en la capital holandesa, donde ahora hay yonquis de hasta 60-70 años. Estas son las conclusiones del informe anual publicado por el servicio de acogida a drogadictos del municipio de Amsterdam.
En comparación con otros países europeos o los Estados Unidos, en Holanda existen relativamente más drogodependientes de más de cuarenta años. También es el país que menos mortalidad cuenta en este sector: 0,6% el año pasado entre los drogadictos que utilizaban metadona. Los heroinómanos en Amsterdam son unos 7.000 (de una población total de unos 800.000 habitantes) y en todo el país debe de haber unos 25.000. Las tres cuartas partes de los de Amsterdam funcionan con metadona, que el ayuntamiento les suministra, y su comportamiento es relativamente tranquilo. La criminalidad viene siendo causada por unos mil y pico drogadictos. El porcentaje de desintoxicación es de un 30%; el resto vuelve a caer en la droga.
Según el informe, el programa de Amsterdam funciona bien desde el punto de vista médico. El número de drogadictos no aumenta. Desde 1990 aparecen unos 350 nuevos por año. También ha disminuido mucho el número de muertes por sobredosis.
El ayuntamiento de Amsterdam ha presentado un proyecto que el gobierno ha aprobado. Bajo supervisión médica y subvencionado por el Ministerio de Salud Pública, se va a suministrar palfium a un grupo de drogadictos cuya dependencia dura ya más de 20 años. El palfium es un sedante derivado del opio que los médicos dejaron de usar porque creaba mucha dependencia. Los traficantes lo venden a precios desorbitados, mientras que con receta se puede conseguir por menos del equivalente de 50 pesetas.
Amsterdam quería utilizar heroína para este proyecto, pero el gobierno no lo ha admitido. Van Brussel, jefe del servicio municipal de acogida a drogadictos, espera que el nuevo gobierno de coalición liberal-socialista lo acabe permitiendo. Él es partidario de facilitar heroína en casos muy extremos. Los democristianos del gobierno anterior siempre se opusieron a esta medida. En opinión de Van Brussel, «la política de los democristianos fue idealista: no quisieron dejar de lado a los drogadictos. En este sentido me parece mejor que la actitud liberal de decir: allá ellos». El suministro de palfium irá acompañado de ciertas condiciones, como cumplir con unas normas mínimas de higiene, tener buena conducta y no usar otras drogas.
Carmen Montón