En los últimos meses se han realizado diversas experiencias que confirman las posibilidades terapéuticas de las células madre. Entre los trabajos más recientes cabe destacar algunos que reúnen dos interesantes características: no utilizar embriones y extraer células madre de tejidos fácilmente accesibles.
En Inglaterra se ha logrado tratar una grave enfermedad con células madre de placenta, según informa The Daily Telegraph (18-IX-2001). El paciente, un niño de tres años llamado Tom, había nacido con granulomatosis crónica, un trastorno congénito de la sangre que ocasiona síndromes graves, como inflamación intestinal y neumonía, y reduce la esperanza de vida a veinte años. La solución obvia es un trasplante de médula ósea. El problema era que para Tom, primogénito de sus padres, no había donante compatible (tendría que ser un hermano). Como la madre es portadora del trastorno, existía el riesgo de que sus hijos posteriores estuvieran también afectados por el mal. No ocurrió así: otra hija, Hannah, nació en noviembre y resultó ser sana, además de genéticamente compatible. Pero no podría donar médula a su hermano Tom hasta que transcurrieran varios años.
Los médicos del Hospital General Tyne de Newcastle idearon otro procedimiento. Al nacer Hannah, tomaron células madre de la placenta, que, implantadas en el organismo de Tom, se han diferenciado y han empezado a sustituir a las células defectuosas. El pequeño Tom ya ha comenzado a experimentar mejoría. El doctor Andrew Cant, director de la unidad que lo ha tratado, afirma: «Es maravilloso ver cómo el niño se recupera y sus mejillas van tomando color. Este tratamiento le ha salvado la vida».
Ha habido otros avances en el campo experimental. En el último congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (Estocolmo, 1-5 de septiembre) se presentaron unos trabajos que prueban la posibilidad de regenerar el tejido cardiaco a partir de células madre extraídas de médula ósea. La limitación de estas experiencias es que se han realizado en ratones. Por tanto, habrá que esperar hasta que se pueda conseguir lo mismo con células madre de médula humana. En cualquier caso, el experimento es prometedor, pues las células madre empleadas, una vez conseguidas en laboratorio, fueron inyectadas a los animales y emigraron hasta la parte lesionada del corazón, favoreciendo la reconstrucción del órgano.
No menos interesante es un experimento llevado a cabo, también en ratones, por un equipo de la Universidad McGill (Montreal), que ha conseguido células de diversos tejidos (venoso, muscular, adiposo…) a partir de células madre de piel, muy fáciles de obtener. Este trabajo, publicado en Nature Cell Biology (septiembre 2001), abre nuevas posibilidades de aplicación clínica. En efecto, si se lograran los mismos resultados en humanos, se tendría una fuente muy accesible de células para regenerar tejidos. Además, las células se podrían obtener del mismo paciente y, por tanto, no darían lugar a los problemas de rechazo comunes en los trasplantes.
_________________________Con informaciones de Justo Aznar.