En una entrevista al semanario «Alba» (27 enero-2 febrero 2006), la catedrática de Biología Natalia López Moratalla (Universidad de Navarra) advierte que los experimentos de clonación, al requerir gran número de óvulos, pueden llevar a la explotación de la mujer.
Como recuerda López Moratalla, los trabajos con células madre de adultos han dado ya algunos resultados clínicos, mientras que aún no se han obtenido células madre mediante clonación «terapéutica», contra lo que aseguraba el coreano Hwang Woo-Suk hasta que se descubrió el fraude. Sin embargo, los partidarios de la clonación a menudo recusan las objeciones al uso de embriones humanos diciendo que las creencias éticas o religiosas no deben poner trabas a la ciencia.
La catedrática replica: «La agenda del «lobby» pro investigación con embriones y clonación humana tiene una cita clave: no permitir que el debate se centre en la discusión científica de los resultados, sino enfrentar a la comunidad científica y a la sociedad con un falso problema entre ciencia y religión. El lema es claro: hacer creer a la sociedad que los defensores de las células embrionarias tienen motivaciones exclusivamente científicas, mientras que los oponentes (o simplemente que trabajan y conocen la eficacia curativa probada de las células del propio enfermo, las llamadas células madre adultas) sólo tienen motivos religiosos. El progreso científico, afirman, debe ser defendido de la religión; quieren hacer creer que cualquier planteamiento ético que proponga buscar soluciones que respeten la vida de un ser humano es un retroceso para el progreso científico, que se acompaña con la indiferencia por el sufrimiento de los enfermos incurables y sus familias».
López Moratalla señala otro problema de la clonación «terapéutica»: requiere gran cantidad de óvulos. Hwang dijo haber usado unos centenares; al final se supo que habían sido varios miles. Y un estudio que cita la catedrática estima que entre el 0,3% y el 5% o más de las mujeres sometidas a estimulación ovárica sufren complicaciones como dolor severo, fallo renal o riesgo de quedar infértiles. «Es curioso que las mismas molestias de la multiovulación para la mujer que quiere ser madre se consideran lo suficientemente fuertes para que las clínicas de fecundación in vitro congelen los embriones en vez de repetir el tratamiento y la punción». Por eso, con independencia de que se pague o no a las donantes, «el procedimiento en sí mismo» constituye «una verdadera explotación».