Las propiedades curativas de la Artemisia vulgaris y del Gingo biloba, la homeopatía, las técnicas de relajación, las terapias quiroprácticas y la electroacupuntura están causando furor entre la población estadounidense. En 1997, según un estudio de la Harvard Medical School, 83 millones de personas recibieron algún tratamiento de medicina alternativa.
El Journal of the American Medical Association ha publicado numerosos estudios sobre terapias alternativas, de los que se hace eco International Herald Tribune (12-XI-98). Se trata de responder a la pregunta más frecuente de sus lectores (médicos en su mayoría): ¿son eficaces esos remedios? La respuesta es que dar árnica no siempre da resultado: algunos remedios funcionan, muchos no y unos pocos tienen el mismo efecto que los placebos.
Por ejemplo, los resultados de la «moxibustión» (quemar Artemisia vulgaris junto a un punto de acupuntura en el pulgar del pie de una mujer embarazada) han sorprendido a los médicos. La terapia se aplica para favorecer que el feto se coloque cabeza abajo, antes de nacer. El remedio tuvo éxito en el 75% de los 130 casos en los que se aplicó.
Sin embargo, los masajes quiroprácticos para quitar las cefaleas, la electroacupuntura para dejar de fumar, el consumo de Garnicia cambogia para perder peso, etc., o no dan resultado o tienen el mismo efecto que un placebo, según los estudios publicados.
El éxito de la medicina alternativa entre los estadounidenses se debe al afán de prevenir futuras dolencias, a tomar parte en las decisiones sobre la salud y a completar los tratamientos de la medicina convencional. De hecho, los pacientes aquejados de enfermedades serias acuden tanto a médicos convencionales como alternativos.
El número de consultas a terapeutas ha aumentado un 47% desde 1990. Hasta el punto de que han superado al número de visitas a los médicos de familia. La mitad de la población entre 35 y 49 años se sometió al menos a un tratamiento de medicina alternativa en 1997. Y se estima que los estadounidenses gastaron el año pasado cerca de 27.000 millones de dólares en tratamientos alternativos (la inmensa mayoría no están cubiertos por los seguros sanitarios).
Sólo el 40% de los pacientes que utilizan estos remedios informa a sus médicos. Según los estudios, esta falta de comunicación puede provocar que los 15 millones de personas que toman fármacos por prescripción médica y al mismo tiempo plantas medicinales o compuestos vitamínicos, sufran efectos secundarios perjudiciales para la salud.