El sondeo plantea a la gente cuestiones que los especialistas no saben resolver con certeza o que se aclaran no pidiendo opinión a la gente, sino consultando los registros de la agencia meteorológica
Una encuesta a cargo de las universidades de Yale y George Mason muestra que una clara mayoría de norteamericanos (69%) atribuyen al cambio climático los fenómenos meteorológicos extremos observados en su país en los últimos años. Según la opinión dominante, al calentamiento de la Tierra se deben las temperaturas anormalmente altas de los pasados invierno y verano; también otra anomalía generalmente relacionada con el frío: la gran cantidad de nieve caída en los dos inviernos anteriores; y otras dos de signo contrario: la sequía de 2011 en Texas y Oklahoma, y el desbordamiento del Misisipi en la primavera del mismo año.
El tiempo siempre ha sido tema de conversación, y no solo en Inglaterra. Cuando tiene algo de extraordinario, se multiplican los comentarios. “Este verano está haciendo un calor como nunca se ha visto”. “¿Tú recuerdas algún otra época en que haya pasado tanto tiempo sin llover?”
Pero nuestra memoria es corta, y ahora todos hablamos no solo del tiempo, sino también del clima, que no es lo mismo. Hay que consultar las efemérides de los organismos meteorológicos para verificar nuestros recuerdos. En Estados Unidos, la NOAA ofrece fácil acceso a las relativas a temperatura y precipitación, y a distintos fenómenos meteorológicos (sequías, huracanes…).
Ciertamente, en Estados Unidos (área continental, menos Alaska), este año el invierno ha sido extraordinariamente cálido (temperatura media: 2,6º C), solo superado por tres, todos recientes (1992, 1999 y 2000), desde 1895. Y en los dos años anteriores cayó más nieve que nunca desde finales de los años setenta. Ambas cosas pueden deberse al calentamiento de la Tierra, pero los inviernos de las grandes nevadas no contribuyeron a él, pues fueron también muy fríos. Con casi 5º C bajo cero (2009-2010) y 0º C (2010-2011) de temperatura media, ocupan los puestos 15 y 37, por orden de más a menos fríos, de los 117 años del registro.
Dudas y opiniones
Los datos climáticos revelan un aumento de la temperatura media terrestre en el último siglo. La relación con otros componentes del clima (precipitaciones, tormentas…) es difícil de determinar. En Estados Unidos, la frecuencia de tornados crece desde 1950. En cambio, las de huracanes, sequías y nevadas no siguen una tendencia clara.
La ciencia del clima es compleja, como dice el periodista del New York Times que informa de la reciente encuesta, con un toque de ironía al final: “Los científicos pueden dudar si relacionar los fenómenos meteorológicos extremos de los últimos años con el cambio climático, pero el público, al parecer, ya lo tiene claro”.
Son muchas las dudas de los científicos, no solo en este campo. ¿Existe, realmente, el bosón de Higgs? Una encuesta bien hecha cuesta un montón de dinero, pero siempre saldrá más económica que un gran colisionador de hadrones. Sin embargo, la aspiración de los climatólogos y demás científicos es averiguar la verdad, no tener a su favor la opinión pública.
El sondeo de las dos universidades plantea a la gente cuestiones que los especialistas no saben resolver con certeza, como la influencia del cambio climático mundial en la anomalía térmica del pasado invierno norteamericano o en las últimas inundaciones en la cuenca del Misisipi. Hay alguna tan general que no admite respuesta científica: “¿Qué grado de acuerdo tiene con esta afirmación: El calentamiento de la Tierra está afectando al tiempo atmosférico en Estados Unidos?” Otras se aclaran no pidiendo opinión a la gente, sino consultando los registros de la NOAA: “En su lugar de residencia, ¿se han hecho más frecuentes en las últimas décadas los siguientes fenómenos meteorológicos extremos…?”
Hay, finalmente, preguntas propias de una encuesta: si presta atención a los pronósticos del tiempo, si ha sufrido daños personales o materiales por algún fenómeno extremo, si teme desastres naturales y se precave contra ellos. Pero está claro que las cuestiones que pueden someterse a un sondeo de opinión no son científicas.
El motivo de esta singular encuesta se entiende mejor teniendo en cuenta que la han realizado sendos institutos de las dos universidades, llamados Project on Climate Change Communication (Yale) y Center for Climate Change Communication (George Mason). El primero define así sus objetivos: “1) Promover el conocimiento y el compromiso del público con la ciencia y las soluciones en torno al cambio climático, y 2) Mover a la acción al público en general y a los responsables políticos, empresariales, universitarios y mediáticos favoreciendo un mejor conocimiento y comprensión”.
En fin, ese instituto viene a ser un gabinete de comunicación del cambio climático, como los que tienen las grandes empresas, los partidos políticos y todos los necesitados de vender su imagen. Pues en este asunto del calentamiento de la Tierra no manda solo la ciencia: también hay mucho marketing.