Londres.- El debate celebrado en la Cámara de los Lores en torno a un informe del Comité de Ética Médica ha llevado a excluir cambios legales que faciliten la eutanasia. El documento sí respalda la práctica de dar a los enfermos terminales fuertes dosis de analgésicos para calmar el dolor, aunque esto pueda acortar la vida. Por su parte, los representantes de los médicos se han declarado en contra de cualquier práctica que dañe la relación de confianza entre el paciente y el médico.
Los miembros de la Cámara se esforzaron en descartar cualquier enfoque que ponga en discusión que la vida es sagrada. Lord Mackay, el Lord Canciller, resumió los motivos de la Cámara para no despenalizar la eutanasia: «Pensamos que cualquier intervención activa para poner fin a la vida no puede ser justificada por la buena intención o por el consentimiento de la víctima. Admitir esto socavaría la incondicional postura de la ley sobre la muerte intencionada».
El documento reconoce que un paciente que conserve su capacidad de decisión puede rechazar el tratamiento. Pero no queda claro hasta qué punto un enfermo terminal podrá tomar esta decisión, habida cuenta de la angustia y pérdida de facultades que supone esta situación.
Los principales temas en que se centró el debate en la Cámara de los Lores fueron los siguientes:
– Cualquier cambio que facilitase la eutanasia llevaría a que el enfermo se sintiera presionado a aceptar la muerte a fin de no ser una carga para otros o para la sociedad. Cuando la muerte del enfermo fuera conveniente para alguien -por ejemplo, por la expectativa de una herencia- podría ejercerse la persuasión con fines menos claros.
– En la práctica, será imposible garantizar que la eutanasia se realiza exclusivamente con las condiciones legales que los partidarios de la liberalización proponen para evitar abusos. Pues, como se ha demostrado en el caso del aborto, las garantías legales no han impedido que el aborto se realice hoy por motivos de pura conveniencia.
– Cuando la muerte está próxima, los pacientes pueden sufrir una inquietud y confusión que oscurecen la conciencia.
– La relación de confianza entre el paciente y el médico quedaría deteriorada al menor indicio de que un médico pudiera actuar por motivos distintos de la salud y bienestar del paciente. Por eso, los médicos, representados por la Asociación Médica Británica, se han manifestado decididamente en contra de cualquier reforma legal que facilite la eutanasia.
Lo que no se discute es la práctica tradicionalmente aceptada de que los médicos renuncien a utilizar medios desproporcionados para mantener con vida al enfermo artificialmente, situación claramente distinta de la eutanasia.
Lady Cumberledge, alto cargo del Ministerio de Sanidad británico, ha declarado que el Gobierno apoya la mayoría de las propuestas de la comisión.
Ben Kobus