Cada cinco años, el gobierno holandés elabora un informe con los números de la eutanasia en el país: peticiones, procedimientos efectivos, distribución por edad del enfermo, etc. Alex Schadenberg, director ejecutivo de la Euthanasia Prevention Coalition, analiza los datos de la última edición.
En 2015 hubo 7.254 “muertes asistidas”, 3.204 más que en 2010, lo que supone un aumento del 79%. Lo sorprendente es que solo 5.561 casos fueron comunicados por los médicos conforme a la ley. No lo hicieron en un 23% de los casos.
En el quinquenio anterior, las “muertes asistidas” también aumentaron notablemente. De 2.425 en 2005 se pasó a 4.050 en 2010, un crecimiento del 67%.
Otro dato significativo de la resbaladiza deriva eutanásica en Holanda es que en 2015 hubo 431 casos de “terminación de la vida sin petición explícita del paciente”. Llama la atención que las estadísticas oficiales del gobierno recojan estos datos sin escrúpulos.
No es la primera vez. Ya en 2010 se produjeron 310 eutanasias involuntarias. Y apenas se han incoado procedimientos legales contra médicos.