Viena. A finales de diciembre, el Parlamento húngaro aprobó una ley que autoriza el aborto dentro del primer trimestre de gestación, en cuatro supuestos (violación, malformación del feto, peligro de muerte para la madre y motivos sociales). Hasta ahora, en Hungría el aborto era, en la práctica, libre y estaba regulado por una simple orden ministerial de principios de los años 60. La influencia de esta legislación se ha dejado notar también en la drástica caída de la tasa de natalidad, hasta llegar a un crecimiento demográfico negativo.
Hasta el cambio político de 1989, el aborto se trataba como un problema tan sólo económico o médico. Tras la caída del comunismo se ha empezado a discutir por primera vez sus aspectos éticos. Se han fundado «Asociaciones de defensa del no nacido» que han desarrollado un papel muy activo, en colaboración con las autoridades eclesiásticas. Entre otras cosas, presentaron un recurso contra la anterior regulación del aborto. El Tribunal Supremo la declaró anticonstitucional por no estar basada en una ley, sino en una mera orden del Ministerio de Sanidad. El Tribunal emplazó al Parlamento a preparar una ley sobre el aborto antes del presente año, que tenía que ser aprobada por una mayoría de dos tercios de los diputados.
El Parlamento se apresuró a redactar la nueva ley. El primer apartado admite que «la vida humana debe protegerse desde el mismo momento de la concepción»; pero a la vez afirma «que no se debe garantizar esa protección a través de sanciones», lo que supone permitir la eliminación de los no nacidos. En lugar de las penas, se utilizarán otros medios para evitar los abortos, como ayudas económicas a partir del cuarto mes de embarazo.
Antes de abortar, una mujer deberá presentarse ante una oficina del «Servicio de Protección de las Familias», donde se examinará su caso y se comprobará si cae bajo alguno de los cuatro supuestos en que se permite el aborto. De estos centros se envía a la madre al hospital, sin que sea necesario obtener ningún otro permiso para abortar. Como último requisito, en el hospital se dará a la mujer información sobre las otras posibilidades que tiene: adopción, ayuda estatal… A la vez, se le proporciona conocimientos sobre métodos para evitar futuros embarazos.
Una restricción impuesta por la ley y que ha sido muy discutida por las feministas de izquierda es la obligatoriedad de contar con un permiso paterno antes de practicar el aborto en una menor de edad.